Capítulo 2

71 3 0
                                    

Entre en el bar donde cada noche la música y las luces rebosaban alegría. Las bolas del billar sonaban fuertemente, mis amigos allí se encontraban como casi todas las tardes.

-Exie ven aqui. -Gritaba Lilith desde la otra punta de la sala, yo apenas había entrado y ya sentía vergüenza.

-Dile por favor que no tiene razón. -Me pedía Agus insatisfecho. -Dice que cuando ya solo queda la negra, aún sigue teniendo dos tiros.

-Lilith sabes de sobra las reglas. -Me reía yo. Lilith era así, dramática de nacimiento. Le gustaba sacar de quicio a la gente en su favor.  Realmente era una buena persona, pero algo infantil para su edad. Era guapa, pelirroja con el pelo rizado hasta el pecho, los ojos verdes y unas curvas resaltantes a la vista. Agus era el mayor de la familia Five, una de las más prestigiosas y adineradas de la ciudad, era deportista, amante de la equitación, altruista, generoso y divertido, sobre todo divertido. Todo lo que una madre quisiera; no para su hija, si no para ella misma.

Dean bajaba las escaleras que subian al servicio.

-Jhonatan trae cuatro rondas. -Pedía al camarero. Al bajar me agarraba por la espalda para elevarme del suelo. -¿Como estás pequeña? -Me preguntaba en peti comité mientras nuestros otros dos amigos seguían debatiéndose en duelo.

-He perdido, pero no me has ganado. -Resaltaba Lilith insatisfecha después de haber metido la bola negra donde no le tocaba.

-Que tonteria es esa? -Se ría Agus a carcajadas.

-Sin trabajo, pero bien. -Confesaba.

Mis otros dos amigos no tardaron en unirse a la conversación tras escuchar mis palabras.

-¿Como?

-¿Y eso porque?

-¿Y ahora que vas ha hacer?

Preguntaban uno tras otro sin dejar  espacio a mis respuestas.

-Amplian la universidad, mañana pronto iré a la biblioteca de Green Door y a la de Booking para entregar mi solictud de empleo.

-Pero para ir a Green Door tienes que coger el autobús, no puedes ir andando. -Informó Lilith.

-La otra es cuesta arriba, si necesitas que te acompañe... -Se ofreció Dean.

-Yo, como no quieras que te lleve en caballo. -Bromeó Agus.

-No hace falta chicos, prefiero ir sola. Pero muchas gracias. -Les agradecí yo mientras agarraba un palo de billar de la pared con intención de cambiar de tema. -¿Vamos a jugar o no?

Tras ganar alguna que otra partida y después de un par de copas de más, se hizo la noche. Dean no sabía ya bien que hacía, embriagado daba tumbos sin siquiera dar a alguna bola.

-Dean te voy a llevar a casa ya. -Le advertía algo cansada de su torpeza.

-No, no. Te acompaño yo. -Me decía desde la barra donde se ofrecía para pagar nuestras consumiciones de la tarde.

-Un billete de cincuenta no, te he dicho uno de veinte. -Le pedía Jhonatan el camarero a sabiendas de lo a tontado que iba. -Si quisiera podría tomarte el pelo ahora mismo y ni te enterarias. -Se reía de el cómodo y familiarmente.

-Jhonatan Jhonatan, no te dejare más propina. -Le devolvía Dean la gracia.

Salí delante de ellos que se entretenían con una mosca. Lilith hablaba con el camarero y Agus ayudaba a Dean a ponerse la chaqueta, yo salí visualizando el panorama cuando de golpe algo fuerte chocó conmigo, un impacto que me dolió hasta en el pecho.

-Podrías mirar por dónde andas. -Me miraba enfadado un chico de gran estatura. -Me has pisado.

-Podrías tu quizás no obstruir la entrada. -Le aconseje inclinando mi cabeza hacia arriba, para así ver bien de quien se trataba. No era un rostro conocido, al contrario. Un chico rubio de ojos azules me miraba intimidante, esperando incesantemente una disculpa, no parecía ir a ninguna parte sin recibirla. -No me pienso disculpar.

-¿Como que no? Si eres torpe y maleducada no es mi problema rubia. -Se encontraba ahí plantado.

Dean cogía de mi hombro con su brazo para sujetarse sin siquiera percatarse de la situación. -¿Tienes algún problema con ella subnormal? -Intentaba esconder la borrachera sutilmente a la misma vez que su rostro plasmaba seriedad.

-No hablo con borrachos. -Ni siquiera aquel chico furioso prestaba atención a Dean. -¿Me vas a pedir perdón o no maleducada? -Repetía.

-Lo que puedo hacer yo es partirte la cara. -Saltó de golpe Dean para intentar pegarle un puñetazo en la cara.

Aquel chico que parecía un armario esquivo con facilidad aquel golpe devolviéndole otro con mucha más fuerza y punteria. Dean calló al suelo y el chico rubio se fue andando tranquilamente, ni siquiera  préstamos atención a su ausencia. Alguien en esos momentos era aún  más importante.

-¿Quién es el maleducado ahora? -Le grite, el se limitó a girarse sin perder el paso y levantó las manos a la vez que la ceja izquierda como señal de El se lo a buscado.

Acompañamos a Dean hasta su casa, cogiéndolo entre Agus y yo por los brazos. Su madre preocupada nos abrió la puerta y preguntó con total normalidad que era lo que a su hijo de había pasado.

-¿Ha bebido mucho no? -Nos preguntó sabiendo bien que su hijo volvía así muchas noches. Dean no era de meterse en problemas, pero si de defender a sus seres queridos. Llevaba el ojo amoratado y apenas se podía sostener en pie.

Agus fue a explicarle lo que había pasado, pero yo le interrumpí.

-Se ha caído. -No quise preocuparla más. Pensé que quizás con haberme disculpado todo lo anterior se podría haber evitado, me sentía culpable.

Después de dejar acostado a Dean en su cama salimos de la casa donde nos despedimos hasta más ver.  Mi casa era la próxima, el y yo no vivíamos muy lejos, sin embargo Lilith vivía en una humilde casita al otro lado del pueblo y Agus en una gran mansión cerca de la salida al bosque.

-No te han acompañado a casa. -Preguntó mi abuela conforme entre en casa, seguía sentada en su sitio habitual, a la espera de mi llegada.

-Dean se ha hecho daño, asique lo dejamos primero a él en su casa. -Le explique.

-¿Pero está bien? -Se preocupo.

-Si, solo se ha dado un golpe en la cara, tranquila. -Continúe. -Me he quedado sin trabajo... -Empecé a contarle.

Pase la noche contándole lo sucedido en la biblioteca y lo bien que lo habíamos pasado en el bar. Apresar de que en mi cabeza solo podía pensar en quién era aquel chico rubio tan engreído de hace un rato. Un chico nuevo en el pueblo o simplemente  era cierto eso que decían de que en Cold Hill se avecinaban cosas nuevas.

RAMÉ  -Vampiros Y Seres Sobrenaturales.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora