RAMÉ -Vampiros Y Seres Sobrenaturales.

Capítulo 4

El autobús estaba vacío, olía a tabaco y humedad. Se tardaba exactamente diez minutos en llegar a la mansión Morelli. Por la ventana se podía discernir perfectamente los distintos tonos verdes de los pinos y arboles que decoraban los lados de la carretera. Los arboles se juntaban por encima de la carretera, como si se agarraran los unos los otros con fuerza, creando una cúpula que dejaba el cielo prácticamente tapiado. La luz se colaba por las ramas dejando un paisaje precioso. El conductor paro en la siguiente parada cuando mis ojos se cruzaron con algo que me observaba sentado entre las sombras de los arboles. Un lobo blanco me miraba fijamente a los pies de la carretera. ¿Un lobo tan cerca de el pueblo? (Pensé).  Era raro y mas si se encontraba inmóvil expectante. Un chico subía al autobus acaparando toda mi atención 

-Hombre Luca. -Saludo el conductor a aquel chico. -Tan puntual como de costumbre. 

El chico pago y cuando pude volver a mirar por la ventana aquel canino ya no estaba.  ¿Habría alucinado?: Posiblemente. Sacudí la cabeza borrando aquella siniestra imagen.

El chico recorría el estrecho pasillo del autobus agarrándose de los asientos. Llevaba la ropa descuidada y desgastada. Su pelo era negro, alborotado, no lo llevaba corto pero tampoco excesivamente largo. Podía distinguir perfectamente como escuchaba la canción de Sick and Tired de Machine en sus auriculares, ese grupo de música no era precisamente el mas escuchado entre los chicos. Y para mi ver alguien leyendo un libro, era un libro recomendándote una persona, al igual que lo hacia la música. Sus ojos azul claro me miraban fijamente mientras pasaba por mi lado y después me sonrió antes de dejarme atrás para sentarse al final del autobus. La siguiente parada era la mía asique me levanté para pulsar el botón de próxima parada. Mientras esperaba en la puerta de salida a que el conductor parara no pude evitar echar la vista hacia atrás, el seguía mirándome y sonriendo como un tonto, sabia perfectamente que me sentía incomoda y no parecía querer parar, podía sentir como me desvestía empezando por los pies y terminando por mis ojos, aquello le divertía, pero el autobus paro y yo baje dando por borrado aquel momento de vergüenza. La parada se encontraba a la entrada de una gran mansión LA MANSION DE LOS ADINERADOS MORELLI. Se podía percibir a la perfección el extravagante gusto de la familia, grandes esculturas de animales decoraban el jardín de el gran recinto. Un cartel que indicaba donde estaba la biblioteca me señalaba que estaba hacia la derecha, recorrí el lugar atravesando un camino rodeado de flores y cuando llegue algo me sorprendió. Al contrario de la anterior biblioteca, esta estaba llena de gente, gente que entraba y salía de ella, gente que hablaba en los bancos de la entrada, gente con prisa, gente leyendo.

Me quede mirando la puerta varios segundos mientras la gente salía, no tenia claro si quería entrar ¿Quién iba a contratar a una chica como yo en un lugar tan vivo como este? (Pensé).

-¿Vas a entrar o te vas a quedar esperando a que alguien te empuje a entrar? -Interrumpieron mis pensamientos. El chico del autobus me sujetaba ahora la puerta. Yo lo miré fríamente y su sonrisa se borro de inmediato, estaba molesta. Me dejó pasar delante de el y el entro a continuación de mi.

-No has bajado en la misma parada que yo. -Dije confundida. 

-Digamos que hay un parking aquí atrás y que tu has bajado en la mansión, una parada antes de lo previsto. 

Cuando me gire para hablar de lo que había pasado en el autobus, el ya no estaba, había desaparecido entre la gente. No era una biblioteca común, la gente hablaba sin cesar y nadie parecía estar leyendo o estudiando. El suelo y todas las paredes eran de madera y una estatua romana decoraba el centro de la sala, sujetaba un jarrón del cual caía agua creando un sonido relajante que me distraía de todas las voces. Un mismo cartel decoraba todas las paredes, era un mapa de las habitaciones, de los muchos pasillos en los que habían libros y el jardín de el exterior de la biblioteca. En un corcho podías encontrar todas las clases alternativas que podías encontrar y a que horas encontrarlas (Historia del arte, Matemáticas avanzadas, Literatura, Escritura, Ciencias...) Eran muchas de las asignaturas que pendían de aquel folio. Una chica que estaba a mi lado se apuntaba a Literatura.