Apenas son las 5:30 de la mañana y escucho la alarma de mi despertador sonar, lo sé, un poco exagerado de mi parte, pero déjenme decirles que yo, Melanie Smitt, soy una despistada, y como mi primer día de trabajo, debo practicar una buena presentación puesto a que no me gustaría hacer el ridículo delante de cientos de personas que no conozco y que espero que no sean ni gruñonas ni maleducadas.
Me gradué de Administración de empresas en la universidad de Nueva York con un buen índice, además realizé miles de cursos y participé en varios concursos relacionados a mi carrera, resaltando en cada uno de estos; lo sé, me encanta estudiar, soy una nerd; por lo que tome el atrevimiento de mandar varios curriculums a diferentes empresas de gran renombre, casi todas me llamaron para la entrevista, debido a mi exagerado CV y nada más y nada menos que Empresas Stands me contrato. Fue como un sueño hecho realidad, una de las empresas más prestigiosas en Washington, las cuales trabajaban en tres areas especificas: una a la fabricacion de electrodomésticos de lujos, otra a maquinarias industriales y la mas importantes a la elaboración de motores de autos y aviones, yo por supuesto mande a la primera.
Voy directo al baño a darme una ducha caliente, me tomo un par de minutos bajo el agua, después seco mi largo cabello castaño cobrizo, me visto con un traje formal que consiste en una chaqueta y unos pantalones, delineo mis ojos y coloco brillo labial en mis labios. Me veo al espejo y quedo muy contenta con el resultado, tengo unos rasgos que hasta sin maquillaje me hacen lucir bonita: piel blanca, nariz pequeña, labios carnosos y unos hermosos ojos verdes. Salgo a la cocina y prendo la cafetera, preparo un par de tostadas y me siento en la mesa a degustar mi desayuno.
Salgo disparada a tomar un taxi para llegar a tiempo al trabajo. Llego faltando 15 minutos para las 8:00 AM, justo a tiempo. Me quedo embobada viendo el gran edificio con un extravagante letrero que tiene escrito Empresas Stands. Era tan moderno que parecia de otro siglo, de esas peliculas futuristas. Abro las elegantes puertas y me dirijo hacia la recepcionista, una rubia muy maquillada y con un vestido negro extremadamente corto pero elegante. Su cabello era corto, y sus ojos de un azul muy lindo. Levanta la cabeza y saluda amablemente, esta esperando a que yo diga algo.
- Buenos días- carraspeo -soy Melanie Smitt, es mi primer día de trabajo, y pues bueno, mmm- diablos, no ensaye mi presentacion. Me levante temprano para nada- quisiera no se, saber cual sera mi lugar- termino diciendo. Wao, fantastico, creera que soy una retardada.
-Buenos días señorita Smitt, soy Rebecca Jackson- me examina de arriba abajo y continua diciendo-ahora mismo la llevo a su cubículo, un representante le mostrara las instalaciones mas tarde y le explicara que se lleva a cabo en cada una de ellas.
Valla, Rebeca sí que sabe expresarse.
La sigo hasta el ascensor, veo que oprime el botón número 8 de los 26 pisos de oficina que tiene el edificio.
Cuando llegamos veo que todos voltean hacia nosotras, creo que los hombres están mirando a Rebecca porque Dios, esa chica sí que anda mostrando piel, además es hermosa y al parecer también carismática.
Entro como un robot, debo verme bastante mal al lado de Rebecca con este traje tan aburrido, pero mantengo mi cabeza bien ergida hasta que nos detenemos en un cubículo bastante limpio, con un escritorio, dos sillones y una silla giratoria que será mi lugar, también tiene un teléfono y una laptop. Era bastante elegante y sencillo.
-Le deseo buena suerte en su primer día señorita Smitt- dice Rebecca- comunicare al departamento de recursos humanos que ya esta aqui, pongase comoda y cualquier cosa que desee solo debe decirme, en la gaveta principal del escritorio estan los numeros de todas las instalaciones.
-Gracias Rebecca, es usted muy amable-
-Por Dios no me llames usted, tuteame, que apenas tengo 26 años- rie ella.
ESTÁS LEYENDO
Simplemente Tuya
RomanceSipnosis Melanie Smitt es una joven chica recién salida de la universidad quien inicia una nueva vida tras conseguir un trabajo en una prestigiosa empresa en Washington, lo que no esperaba era conocer a Esteban Stand, un joven apuesto, arrogante y m...