Capitulo 4

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Esteban POV

Estoy en medio del discurso cuando escucho en la parte de atrás la voz de una chica decir -Pero que te pasa, mira por donde caminas- fijo rápidamente mi mirada y veo a una pelirroja escondida entre las personas, quien dirige una mirada de nerviosismo a nuestra dirección, ella se me hacia conocida, quizás la halla visto antes pero no me doy cuenta de donde, no creo que sea uno de mis amoríos a corto plazo porque es bastante raro que la olvide, además era una belleza, un poco simple si manera de vestir para mi gusto pero no se puede negar que esos ojos son los mas hermosos que existen sobre la faz de la tierra.

Apresuro mi discurso para ver si puedo alcanzarla y preguntarle su nombre, sin embargo, una vez terminado las personas comienza a amontonarse a mi alrededor, quitándomela de mi punto de visión. Salgo rapidamente de la sala, sin embargo unos encargados empezaron a darme la mano, felicitándome por mis palabras, y quienes, para mi mala suerte, se quedaron hablando hasta que los pasillos quedaron totalmente desolados.

Un poco deprimido entro a mi oficina y no dejo de pensar en ella, no entiendo porque, no es que este necesitado de mujeres ni nada por el estilo, siempre tuve a todas las mujeres que quise, casi todas reinas de belleza, mujeres experimentadas que sabían como satisfacer las necesidades, en todos los sentidos, de un hombre.

Todas la mujeres me desean, y no es por presumir, no soy un hombre común que hizo su riqueza de la nada como muchos ricos de hoy en día, no, yo nací de padres millonarios que fueron hijos también de millonarios y así sucesivamente. Mi tatarabuelo fue fundador de los grandes almacenes de electrodomésticos Stand, famosos por ser los primeros en modernizar los hogares, mi abuelo lo heredo ampliándonoslo nacionalmente, después mi padre quien adentro al negocio la elaboración de motores industriales, y yo, al nacer de familia emprendedora y con sed de superacion y competitividad, me adentre en la fabricación de motores de automóviles y aviones.

Claro, como fanático a las carreras de autos, me parecio una excelente idea, sin embargo ya no he vuelto a correr personalmente, después de la muerte de mi único hermano, me aleje de ese mundo, por lo que de vez en cuando voy a verlas o cuando la transmiten por TV, pero eso de correr, jamás.

Mi hermano fue un joven vivaz, buen estudiante y bueno en los negocios, con un espiritud que hacia brincar hasta a los muertos, sin embargo se casó con una arpía que lo adentro al mundo de los vicios. Recuerdo en el día que lo intente separar de ella, una mujer hermosa y sexy con una sed de dinero que asustaba hasta al mismo Satanás. Entró a nuestro hogar con palabras dulces y miradas tímidas que con el tiempo cobraron su verdadera identidad.

Mi hermano al descubrir que se había casado con una mujer que solo lo quería por su dinero y que se acostaba con cualquiera que tuviera los pantalones bien puestos, se ahogo en la bebida y empezó a correr en ese estado, hasta que un día se mataron los dos, lo mas extraño del caso es que ella casi no le gustaba acompañarlo a la pista, siempre se iba de compras o a algún casino a gastar dinero, pero ese dia, y que Dios me perdone, mi hermano dijo que ellos estarían juntos hasta la muerte, y la obligo a ir con él, yo me preocupe por la forma en la que mi madre me contó esto, al parecer mi hermano tenia una premonición. Este apenas tenia 25 años cuando llego a su final. Yo apenas era tres años mas viejo que el.

Mi madre quedo devastada con la muerte de su hijo preferido, soñaba con que este le cambiara la vida a esa mujer y le dieran par de nietos, pero no fue así, en la vida al bueno es fácil de volverlo malo, pero el malo difícilmente quiera volverse bueno.

Después de eso jure nunca casarme. No quiero morir por amor, eso seria espantoso.

Una ves terminada la jornada de trabajo miro por la ventana, me percato de la chica pelirroja, estaba saliendo del edificio, quien choca con un poste de electricidad al ir revisando su cartera, reí ligeramente ante su torpeza, por su cara parece que es común que le pasen esas cosas, entonces me acorde -pero claro, si es la chica del refresco- lanzo una carcajada asustando a mi secretaria, quien entra apresuradamente a mi oficina.

Simplemente TuyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora