Llegué a mi casa y entré lo más rápido que pude después de dejar el coche en el garaje asegurándome de que nadie me seguía.
Subí las escaleras y me metí en mi habitación tirándome sobre la cama, con todo esto me había olvidado de comprar lo que realmente había ido a buscar, las regalices, ni si quiera había sacado el agua y los chicles del coche.
Torcí mi cara para poder respirar, aunque de todos modos, que más daba?
Acerqué mi pequeña mano a mi cara, observando cómo las uñas se iban moldeando hasta convertirse en feroces garras. Acaricié mi cara con las garras sintiendo un cosquilleo característico y enfoqué mis ojos en el espejo viéndome a mí misma con esos ojos rojos.
Mi ventana estaba abierta y sentía el aire fresco chocar contra mi cuerpo y también el sonido de un coche aparcando frente a mi casa.
Escondí rápidamente las garras y me levanté como un resorte de la cama, corrí a la ventana esperando que no fuese el coche de Jackson.
Y así fue.
Ese era el coche de Garrett.
Mi hermano.
Bajé las escaleras y abrí la puerta justo antes de que Garrett tocase el timbre.
Se sorprendió al verme en la puerta.
(Este es Garrett)
Pero me sonrió y me envolvió en un suave abrazo, no era mi hermano... Hermano. Era hijo de mi padre y otra mujer.
- ¿Papa no está no? - dijo pasando dentro. En realidad no me caía bien, solo lo trataba "bien" porque mi padre me tenía muy avisada, sabe que no me gusta ser agradable.
- ¿Garrett que haces aquí? - dije sin irme de la puerta ni cerrarla, a ver si pillaba la indirecta.
- He venido a verte pequeña - dijo Garret guiñándome un ojo.
Pequeña?
Pequeña?
Tengo 18 jodido imbécil.
Solo me lleva 3 años.
- Corta el rollo rompecorazones - dije abriendo más la puerta.
- Necesito la casa para traer a un chica - dijo sonriendo.
- Y? Tú tienes tu propia casa, lárgate - dije soltando la puerta. Esto era el colmo.
- Está un colega - dijo subiendo las escaleras.
- Esto no es un club de alterne, vete - dije desde abajo.
Me contestó con un portazo.
Genial.
Escuché la ducha de su habitación y sonreí.