- Ha sido muy bonito - dijo Erika a mis espaldas colocando su mano en mi hombro.
Me estremecí al sentir su toque y aparté mi cuerpo.
Me levanté a la vez que sonaba el timbre para la siguiente clase.
Me fui de allí dejando a Erika sola, no podía evitar que ver a Derek me afectase. Quería estar sola pero no podía.
La aglomeración de gente por los pasillos me hacía sentir sorprendentemente desprotegida, me sentía menos invisible que nunca.
Apartaba los cuerpos de la gente tratando de avanzar entre las masas y el bullicio.
Se estaban metiendo en mis oídos confundiendo mis propios pensamientos, mi vista estaba fallando y solo podía ver masas borrosas en el espacio, distinguía colores aunque levemente. No sentía tampoco mis extremidades, pero sentía mi cuerpo flotando aunque muy pesado.
Los movimientos estaban ralentizándose y las indistinguibles imágenes se pixelaban; sobre todas las secuencias borrosas emergieron manos nítidas, firmes, venosas.
Trataba de agarrarme pero cada vez se veían más lejanas y borrosas confundiéndose con el resto del fondo.
Los ruidos parecían hacerse más claros, sólo trataba de entender lo que decían pero se volvían pitidos que reventaban mis oídos, mis párpados pesaban.
Las terribles ganas de dormir no me dejaban pensar con claridad aunque tampoco entendía que estaba pasando, al mismo tiempo me sentía tan parte de aquello que no entendía.
Le pesadez de mis párpados se intensificó cuando sentí como algo se agarrotaba en mi garganta; no me dejaba respirar y sentía sangre subiendo por ella junto al sabor metálico en la boca. Por inercia empecé a toser tratando de apaciguar mi dolor, pero mi cansancio también se estaba intensificando deje que la oscuridad total se llevase el dolor.
- Jaimie! - gritó alguien, lo escuche claramente, lo escuche real.
Respire profundamente abriendo mis ojos a la luz y al rostro preocupado de Scott.
Estaba totalmente desconcertada, miré a mi alrededor y me di cuenta de que estaba en el suelo del pasillo principal solitario del instituto contra las taquillas. Scott me miraba preocupado, Stiles, Allison y Lydia también estaban allí mirándome horrorizados, veía la preocupación en sus rostros.
No pude procesar que había pasado o como, a penas recordaba que había pasado minutos atrás.
Algo hizo que lo recordase, el sabor metálico de la sangre en mi boca. Tenía sangre cayendo por mi camiseta y algunas manchas en mi pantalón, el suelo también tenía sangre esparcida por el lugar donde estaba, mis manos estaban ensangrentadas. Mis nudillos dolían muchísimo, se veía el hueso bajo la piel aunque podía sentir como se estaban curando.
- Tenemos que sacarla de aquí - dijo Lydia mirando a Scott. Este asintió nervioso y trató de cogerme en brazos.
- Déjame, no voy a ir a ningún lado con vosotros - dije apartando sus brazos.
- Tienes sangre por todas partes, quieres que cuando toque el timbre en 5 minutos te vea todo el mundo? - dijo Scott suavemente.
Respire con nerviosismo y no dije nada, él supo que eso era una aceptación.
- Caminaré - dije cuando vi sus intenciones de cogerme en brazos.
Me levanté y vi la gran abolladura de la taquilla en la que estaba medio apoyada.
La 117.
Solo sentía ese picor en mi garganta que me hacía toser dolorosamente.
Vi como la sangre se hizo más abundante en mi mano cuando tape mi boca al toser.