EL PASADO DE KAESO

Pastillas para dormir

Otra noche mas...miro por la ventana sin un ápice de sueño. Sé que deberia dejar de tomar esas pastillas para el insomnio, pero no me queda más remedio.
Me fijo en una pareja, pasean a su perro cogidos de la mano, me pregunto cómo serán sus vidas?

Voy a la cocina, cojo un vaso de agua y trago una pensando que esa es mi rutina de cada noche.
Hora de acostarme, solo pido no tener esos extraños sueños.
Pongo la alarma en el móvil e intento pensar en algo bonito, es fácil imaginar...imaginar......cierro los párpados.

...esa sensacion de nuevo...Estoy rodeada de campos verdes. Es un día soleado, me hace sentir bien, a gusto conmigo misma.
Rodeo mi cuerpo con los brazos y aspiro la suave brisa.
A lo lejos diviso una casa de campo de grandes dimensiones, decido acercarme.
Tiene varias chozas de madera y paja a su alrededor. Dos grandes pilares forman la entrada. Lo primero que veo al adentrarme es un pequeño almacén medio vacío.
En el lateral hay otra entrada que da lugar a un enorme patio con un precioso estanque rectangular. Todo parece estar muy bien cuidado. El suelo es un mosaico de colores y formas diversas.
Estoy maravillada por el encanto que desprende esta parte de la casa, pero a la vez extrañada por el silencio que se mantiene perturbador.
A pocos metros  me llama la atención el cuerpo blanquecino y fornido de una estatua, acaricio su helado pecho de mármol fijándome en su rostro, su mirada...siento algo extraño en mi interior, como si esos ojos de piedra pudieran verme y quisiera decirme algo.
Se oye una dulce melodía a mi alrededor, como un sonido frágil de flautin que parece provenir de una de las habitaciones que hay frente a mí.

Justo cuando decido entrar en una de las salas la melodía cesa de golpe.

Empiezo a sentir miedo.Por un momento pienso en salir corriendo pero hay algo que me empuja a seguir investigando.

El corazón me late rápido. Una vez dentro observo a mi alrededor, hay tres grandes piedras alargadas que forman casi un cuadrado.

Las paredes están llenas de dibujos, la mayoría son rostros femeninos, pájaros y ramas de olivo. Noto que estoy nerviosa, me tiemblan las manos. Hay un gran ventanal totalmente descubierto, me siento .

Tan solo se oye el cantar de los pájaros. En ese momento creo que alguien me está observando. Siento un escalofrío.

De nuevo esa melodía...se oye cerca, como si viniera de una de las salas de al lado. Me quedo inmóvil, mi cuerpo no responde y es entonces cuando noto que alguien roza mi mano. Me levanto bruscamente...

Miro la pantalla del móvil y veo que son las tres y media de la madrugada.Mañana trabajo y no puedo estar en estas condiciones... Estoy empapada en sudor. Voy al baño para refrescarme un poco.

-Ya no puedo seguir así, -me digo en alto mirándome en el espejo-

Y mi propia voz suena extraña.

- Llevo tiempo teniendo éstas pesadillas ,siempre se repite la misma escena, quizás ha llegado el momento de hacer algo al respecto.

El día está gris, y comienza mi semana laboral. Me cuesta concentrarme en las tareas, y no dejo de pensar en esos sueños tan reales que se repiten cada noche. Quizás signifiquen algo, o de alguna manera quieran advertirme, lo que está claro es que no son normales