Cada vez que te miraba, creía que era magia lo que sentía.
Tus palabras acariciaban mi alma tan delicadamente, que me enamoraba.
De verdad creía que me amabas.Pero no fue así...
Me envolviste en millones de mentiras acolchonadas de dulces navajas.
Acuchillaste mis esperanzas y salieron como un vomito de amenazas.
Destruiste mis sentidos y quemaste mis ilusiones.¿Por qué fuiste tan cruel?
Era más fácil matarme de un disparo a mi amargo corazón.