Capitulo 4

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Jenny se va a España, no me siento triste, pero tampoco me siento feliz...
¿Qué haré sin ella?
No le pregunte cuando se irá.
Mañana hablare con ella.
Mis padres trabajan todo el día y nunca tienen tiempo para mi.
Mañana será un día nuevo...
Tocan la puerta..

-Hija, te busca un chico, esta sentado en el sala.

¿Quien, mierda me viene a ver en un sábado por la mañana?
Me levanto de mal humor y agarro lo primero que tengo a la mano.
Bajo las escaleras y es...
¡OMAR!

-¿Hola?- Me sorprende verlo, ¿Por qué abra venido?
-¡Hola Hada!, mi mama quería ver si nos querrías acompañar a comprar un helado.
-Amm... Si claro.
-Ok te recogemos en una hora.

Wow, es la primera vez que alguien me invita a ¿salir?
Me tengo que apurar...
Me doy una ducha rápido, me pongo unos jeans, una playera negra y unos converse.
Me seco mi cabello y me lo dejo suelto.
En mi bolsa guardó un libro, mi celular, dinero y mis llaves.
Ya llegaron por mi...

-Ya me voy mama, ya llegaron por mi.

Sólo le aviso a mi mama por cortesía.

-Aja, no llegues tarde-me lo dice sin despegarse de su celular.

Abro la puerta y ahí esta el...

-¿Estas lista?-me mira de arriba hacia
abajo, me esta es caneando.
-Si...- ¿Por qué me mirará así?

Me subo al coche y saludo a sus papas, estoy tan distraída que no me acuerdo que me dijeron en ese momento.

-¡Llegamos!...-se para el coche...
-Ustedes vallan por un helado y nosotros vamos a arreglar algunos asuntos.

Omar se bajá del coche y me extiende su mano para ayudarme...

-Gracias - le sonrió.

Fuimos por el helado y no dejaba de verme.
Me dio un poco de miedo al principio.

Compramos el helado y hablamos un rato... Pero el no dejaba de mirarme

-¿Por qué no dejas de mirarme Omar? - Las palabras salieron solas de mi boca.... Ups
-No lo sé Hada, hay algo en ti que me da curiosidad, no eres como las demás y eso está claro.

Intento procesar su respuesta pero no logro entender lo que quiere decir.

-No logro entender lo que quieres decir.

Se queda unos segundos pensando y tarda en contestar.

-Solo olvidalo ¿vale?

Asenti. Volteo a verme y no despegó su vista de mi.

-Tienes helado en tu mejilla- Acercó su mano hasta mi mejilla hasta que sentí su pulgar acariciarme. Note como sus ojos miraban fijamente los míos.
Apartó rápidamente su vista de la mía y cuando reaccione mis mejillas ardían.

-¿Puedo probar de tu helado?- me sonrío tan sinceramente que no podía negarme.
-Claro.

Con su cuchara agarra un poco de mi helado y me lo lanzó a la cara.
De esta no se salva.

-Estas muerto...- Omar se levantó rápidamente para luego correr.

Yo me pare rápidamente y lo empecé a perseguir por todo el centro comercial, me tropecé con varias personas y muchas me insultaron.
Cuando Omar por fin se paró por que estaba cansando le lance mi helado, pero lamentablemente no le callo a él, si no a una ancianita.

Omar al percatarse de lo ocurrido se empezó a reír a carcajadas y se tiró al piso.
Yo por el contrario me quede parada y me fui caminando un poco lejos pero sin perder a la ancianita con cara de pocos amigos y sin perder a un Omar muerto de risa en el piso.

Y de repente ocurrió lo inesperado, la ancianita se acercó a Omar y le pegó con su bolsa en su parte más dolorosa, pobre, lo dejo sin descendencia. Y ahora era yo la que estaba en piso carcajeandome por lo ocurrido.
Y luego, sentí algo líquido y frío cayendo sobre mi ropa.

-Esa es mi venganza por lo de la anciana.- Trato de ponerse serio pero no aguanto la risa y yo me sume con el.

Después de un rato me ayudó a pararme y nos sentamos en una banca para limpiar el helado que estaba sobre mi ropa. No era un silencio incómodo, pero el rompió eso.

-Gracias.- No entendía por que me daba las gracias.
-¿Qué?
-Gracias
-¿Por qué?
-Hace mucho que no me reía tanto ni me divertía a sí.
-Yo igual me la pace genial. Gracias.

Volví a sentir esa mirada suya que era única y empezó a acariciar mi mejilla, de repente se detuvo.
No entendía que pasaba hasta que se empezó a ver mis labios y se empezó acercar a mi, nuestras respiraciones se empezaron a mezclar, estábamos a centímetros de besarnos.
Pero empezó a sonar un celular, era el de Omar, nos separamos rápidamente pero el no quitaba su vista de mi.
Colgó el teléfono y abrió la boca para hablar.

-Ya nos tenemos que ir Hada, mis papas ya están afuera

Asenti.

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