Capitulo 3.

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-Acaso dijo... ¿Macho?-El doctor frente a ellos suspiró y asintió con la cabeza, viendo con suma extrañes al pequeño moreno que se refugiaba aun entre los brazos del pequeño Kuroko.

-¡Eso es increíble!-Todos los ojos se pusieron en la cara sonriente y asombrada de Kagami, que dio unos cuantos pasos al pequeño híbrido, el cual lo miraba totalmente idiotizado por la enorme y dulce sonrisa que este poseía.-Se supone que todos son donceles, ¿no?-El mayor se acerco un poco mas, hasta quedar frente a las dos pequeñas criaturas. Alzo con cuidado la mano y la acerco hasta el menor que seguía sin moverse y lo acaricio con ternura.-Él es especial.

Los suspiros felices de los mayores en el consultorio no se hicieron esperar. Así era Kagami siempre. ¿Que le iban a hacer?

-Fuera de eso, el pequeño no tiene alguna enfermedad grave, o algún problema de gran cuidado. Es bastante fuerte.-Los dos amigos vieron como el pequeño moreno aun con algo de miedo sucumbía ante las suaves y tiernas caricias del pelirrojo. Generando un poco de celos en ambos, es decir, era SU Kagami.

-Vaya, ¿escuchaste eso pequeño? ¡Eres fuerte! Podremos ir a casa.-Se agacho a su altura y le brindo una sonrisa aun mas brillante, haciendo que el menor meneara su pequeña cola de lado a lado y soltara un maullido feliz, provocando la suave risa de Taiga, al menos lo estaba aceptando.

-¿Vas a quedarte tu con él?-Midorima se acerco enseguida y lo abrazo con cuidado.-¿Estas seguro de que tendrás tiempo? Puedes dejarlo aquí, mi padre puede cuidar de él.

-Oye Shintaro, no me ofrezcas de niñera.-El hombre se dejo caer en su gran silla y comenzó a revisar papeles.-En realidad me harías un gran favor al llevártelo Taiga. No hay registros de ese niño en ningún lado. Sus huellas digitales, no existen. Sería peligroso tenerlo aquí. Pero debes traerlo cada semana para un chequeo general. Te daré medicinas y una dieta que debe llevar el pequeño. Puedo ayudarte en lo que sea, pero no puede quedarse aquí. Lo siento.

-No se preocupe Midorima-san, yo entiendo. Estaré feliz de llevarlo a mi casa, un poco de compañía no me hará mal.- El pelirrojo se agacho nuevamente a la altura del moreno y susurro con cuidado sus palabras.-¿Te gustaría vivir conmigo? Tengo un hogar lindo y grande donde puedes quedarte. Tal vez no sea la gran cosa, pero es caliente y tendrás una cama para ti solo y toda la comida que quieras. Claro, mientras te tomes tus medicinas, ¿que dices?

El pequeño moreno no entendía del todo lo que le decía aquel gran y musculoso muchacho. Pero se veía bastante amable y agradable. Pero su miedo de ser traicionado de nuevo, como cada vez que confiaba en alguien lo perseguía. Quería decir que no y no correr el riesgo de salir lastimado nuevamente. Pero, esos ojos brillantes y puros lo hacían desear decir que si.

-Esta bien, puedes ir con él. No te hará daño. Kagami-kun es buena persona.

...

Un silencio impresionante invadió el consultorio cuando aquella pequeña y sumamente dulce voz lleno el lugar. Era la primera vez que Kuroko hablaba.

-Gracias... Kuroko.-Kagami se encontraba sumamente pasmado  viendo con los ojos abiertos al pequeño peli celeste frente a él. Tenia una voz tan dulce y agradable.-Entonces... ¿Vendrás conmigo?

-S-si...-Los ojos rubí se abrieron felices y sorprendidos de escuchar la afirmativa de la dulce voz de aquel pequeño. ¡Hablaba! Y si hablaba, obviamente le entendía. Pero... si eso era cierto, entonces... 

-Midorima-san, ¿qué edad tiene Aomine?-Miro al doctor y este sonrió.

-Ya se me hacia extraño que no preguntaras.-Suspiro y lo vio directo a los ojos.-Tiene un año y cuatro meses.

¿Quien tiene mas garras?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora