Al otro día.
Narra Valen:
Estaba por salir para ir al hospital y vino Federico.
Federico: Necesito que veas algo importante. - Dijo desesperado.
Valen: No puedo, tengo que ir al hospital. - Dije rápidamente.
Federico: Es muy importante, mirá. - Dijo mostrándome una foto en la que salía Sofía besándose con el hermano de Micaela en el hospital.
Valen: Es mentira. - Dije nerviosa.
Federico: No, yo mismo les saqué la foto. - Sonreí.
Valen: Mierda. - Dije furiosa y me subí al auto para ir al hospital.
Cuando llegué busqué a Sofía y la agarré del brazo.
Sofía: ¿Qué pasa? - Preguntó sonriendo.
Valen: ¿Qué es esto? - Pregunté mostrándole la foto.
Sofía: Justo estaba por decírtelo. - Suspiró. - Rodrigo y yo somos...novios. - Dijo y mordió su labio inferior.
Valen: ¿Por qué él? ¿Por qué justamente el hermano de mi peor enemiga? - Pregunté furiosa.
Sofía: Lo amo, Valentina, vos sabes lo que es amar a alguien y no quiero separarme de él. - Dijo frunciendo el ceño.
Valen: ¿No terminarías con él aunque te lo pida yo? - Pregunté levantando una ceja.
Sofía: No me hagas esto. - Susurró con los ojos cristalizados.
Valen: Bien. - Susurré y cuando me estaba por ir me agarró del brazo.
Sofía: Si lo dejara me faltaría algo Valentina y quiero ser feliz. - Dijo con los ojos cristalizados.
Valen: Está bien...sé lo que es que te falte algo...a mí me falta. - Susurré suspirando y me abrazó.
Sofía: Nunca pensé que me entenderías. - Susurró separándose.
Alejandro: Ahora tiene la junta. - Dijo frunciendo el ceño.
Valen: Sí. - Asentí suspirando y se fue. - Le tengo que ganar a Micaela. - Dije levantando una ceja.
Sofía: Valentina. - Susurró suspirando.
Valen: Perdón, pero nuestro odio nunca va a acabar. - Dije frunciendo el ceño y me fui.
Cuando llegué vi a Santiago y a las otras personas.
Santiago: ¿Cómo vas con las trescientas tiendas? - Preguntó en forma de susurro.
Valen: Bien. - Susurré sonriendo. - ¿Dónde está Federico? - Pregunté furiosa.
Santiago: No lo vi. - Suspiró y nos paramos al frente de veinte personas.
Felipe: Falta mi socia para que hable. - Susurró parándose al lado de Santiago.
Valen: No, para eso estoy yo. - Sonreí y entró Micaela.
Mica: Buenas tardes. - Sonrió. - Hola Santiago. - Dijo levantando una ceja y se dieron las manos. - Etchegoyen. - Sonrió y nos dimos las manos. - Bueno, lo primero que quería decirles es que no les conviene aceptar que construyan trescientas tiendas. - Dijo frunciendo el ceño.
Narra (Tn)___:
Melisa: Ya sos libre. - Dijo riendo y nos subimos al auto.
(Tn)___: Sí. - Suspiré y ella marcó el número de Valentina. - No le avises a Valentina, por favor. - Pedí frunciendo el ceño.
Melisa: Bueno. - Sonrió a medias.
Cuando llegamos me bañé y me puse ropa cómoda.
Melisa: ¿Cómo te sentís? - Preguntó sentándose al lado mío.
(Tn)___: Bien. - Suspiré. - No quiero ver a Valentina. - Dije haciendo una mueca.
Melisa: Lo sé, pero lo vas a tener que hacer. - Dijo y puso su mano en mi hombro.
Narra Mica:
Valen: Me ganaste Selser. - Asintió. - Pero igual, aún sigo ganando, porque tengo lo que más te importa. - Dijo riendo.
Mica: No sé de que me estás hablando. - Dije tratando de mantener la calma.
Valen: Tengo a (Tn)___. - Dijo acercándose. - Y ahora que está en mi casa me voy a encargar de que no se vuelvan a ver jamás. - Dijo furiosa y se fue.
Elíseo: ¿Qué pasa? - Preguntó acercándose.
Mica: Esta estúpida le va a hacer algo a (Tn)___. - Dije asintiendo.
Elíseo: Ella la ama, sería incapaz de hacerle daño. - Dijo frunciendo el ceño.
Mica: No sé. - Dije suspirando.
Elíseo: Creo que ya tendrían que terminar con esto. - Suspiró. - Tu hermano está saliendo con su hermana y aunque vos no apoyes eso ellos son felices. - Dijo frunciendo el ceño.
Mica: No me hables de eso. - Dije frunciendo el ceño. - Y nuestro odio nunca que se va a acabar. - Dije haciendo una mueca.
Elíseo: Entonces rendite. - Dijo y puso su mano en mi hombro.
Mica: Jamás. - Sonreí. - Ella no me va a destruir. - Dije riendo.
Elíseo: ¿Cuándo va a acabar esto entre ustedes? - Preguntó frunciendo el ceño. - Sus padres se odiaban y ustedes tendrían que cambiar eso. - Suspiró.
Mica: No. - Sonreí. - Va a acabar cuando una de las dos ya no esté. - Dije levantando una ceja.
Hola, espero que les guste.
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