1.Una sorpresa de mal gusto.

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POV Mia.

Hubiera sido una hermosa mañana si no fuera por que mis hermosas amigas y su original forma de despertarme, al parecer para ellas fue una muy buena elección despertarme con un balde de agua helada ¡Que divertido!

-¿Es enserio? ¿otra vez? -Dije parándome de la cama de un salto, y mirándolas como perrito regañado, a lo cual ellas rieron aun mas, esto ya se estaba haciendo algo rutinario.-Ustedes lavaran las sabanas, y hablo enserio.

-Cállate, falta Alex.–Dijo poniendo uno de sus dedos en mis labios, aparte su mano bruscamente y asentí de acuerdo.

Solo hasta ese momento me di cuenta que todas, estaban empapadas; así que no me sentí tan mal.

Ya tenía pensado lo que haría solo estaba esperando a que llegara este maravilloso momento, es algo simple, sacamos las bolsas de hielo del congelador, un balde agua y un sobre de colorante azul. Momentos después ya todo estaba listo nos acercamos lentamente hacia su habitación, abrimos la puerta y seguía dormida, solo que colgaba de su cama y roncaba.

Hice un ademan con la mano indicando que cuando cuente tres se lo arrojaríamos. 

-Uno, dos !tres¡-Susurre para luego echárselo encima.

-¡QUE LES PASA ¡-Dijo levantándose del suelo, ya que al echarle el agua se despertó exaltada haciendo que cayese sobre su alfombra la cual también se encontraba empapada, lo primero que hicimos fue echarnos  a correr como todas una gallinas, ya que en las mañanas no tiene un lindo temperamento;  la última vez dos de nosotras terminaron con el cabello teñido de colores y atadas a una sillas, no fue lindo; es una bestia cuando se lo propone.

-¡Aaah, una peli roja demoníaca!-Grito Camile para luego encerrarse en su cuarto.

Yo me encontraba escondida en un closet que estaba en el cuarto de lavandería.

-Te encontré.-Grite lo más fuerte que pude y Salí corriendo pero antes de que pudiera huir me agarro del tobillo haciendo que cayese para luego ser arrastrada fuera del cuarto, se preguntaran ¿Y sus padres?¿ Donde están? pues verán esta casa es mía, mis padres me la dieron como regalo de cumpleaños el año pasado, fue algo loco de su parte pero me encanto, seis locas adolescentes vivimos en ella sin la responsabilidad de nuestros padres, solo estamos al cuidado de París nuestra Nana; pero bueno, me estoy saliendo del tema así que sigamos con el ataque.

-Suéltame y te doy lo que quieras , pero no me hagas nada.-Dije a punto de llorar por que la conozco muy bien o era una paliza o mi pelo sufriría.

-Lo pensare, ahora como me quito esto. –Dijo señalándose a si misma.

-Solo báñate y se ira como por arte de magia-Dije desde el suelo y haciendo ademanes raros con mis manos.

Subí a mi cuarto para poder arreglarme para ir a clases, cuando entre observe que de nuevo estaba abierta la puerta que da hacia el balcón, eso me enfadaba ya que no dejaba que la calefacción funcionara de manera adecuada, la cerré y me dirigí hacia el baño, cuando termine de ducharme salí despreocupada hacia a la puerta que conducía hacia el armario.

Después de un rato observando mi guarda ropa detenidamente me decidí por un enterizo negro con rotos en las rodillas, unas "Converse" blancas, deje mi cabello suelto y sin arreglarlo se veía bien, decidí no maquillarme tenia mucha pereza como para llenarme de pintura la cara, tome unos lentes de sol, mi mochila y me dispuse a ir al pasillo para poder bajar; ya fuera del cuarto  cerré la puerta tras de mi pero justo antes de dar mi primer paso camino hacia las escaleras, recordé que había dejado el celular y las llaves en la mesa de noche,  no podía hacer las cosas bien ni el ultimo día de clases, algo frustrada entre y tome las cosas y salí, no sin antes darle un beso en la cabeza a Checa haciendo que esta se moviera incomoda.

Ellas vs ellosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora