Papá

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  Ya había pasado un mes desde que Thomas dejo su casa, y como era de esperarse durante ese tiempo no supo nada de su padre. lo cuál lo tranquilizaba un poco. 

Ya llevaba una semana trabajando con Georgia, había hecho varios turnos diferentes y conocido a otros empleados con los que se llevaba realmente bien, creo un lazo de confianza con dos de ellos, Felix y Ámbar, ambos chicos habían sido muy amigables con él desde el minuto cero en el que se conocieron, además de que casi todos sus turnos de trabajo coincidían.

Era Viernes, el turno de Thomas había terminado un poco más tarde debido a la gran cantidad de personas que habían asistido. 

Se encontraba guardando unas cosas en su mochila dispuesto a irse al fin a su departamento, Georgia le había encargado que el cerrara el local ya que sus amigos se habían adelantado.

-¿Aun sigues aquí, solo?- susurro muy cerca del oído de Thomas, casi rozándolo. Esté se giro con cara de espanto pensando que alguien había entrado a robar justo en su día de cerrar. Pero aflojo las facciones al memento de ver esos ojos azules inconfundibles acompañados de una traviesa sonrisa, era Benjamín. Ambos estaban a pocos centímetros del otro.

-Hace días no te veo, pensé que ya te habían despedido- Explico Benjamín alejándose del otro un poco.

-No, es que pedí los turnos de la mañana y tarde a Georgia, no puedo los de la noche- Dijo Thomas un poco nervioso por la presencia de Ben.

-A si, ¿tan mal te caigo?- Fingió ofenderse Benjamín- Pensé que te caía bien compañero.

-¡No! claro que no es eso- Se apuro a decir Thomas.- Es porque el barrio por donde vivo ahora es algo peligroso y no me gusta andar tarde en la noche, ya sabes.. soy nuevo y todo eso.- declaro Thomas un poco mas relajado.

-Tarde en la noche.. ¿Como ahora?-rió apenas contagiando a Thomas.

-Bueno, hoy va a ser la excepción aunque no me agrada mucho la idea de caminar a estas horas pero no hay de otra, y tu lo único que estas haciendo en retrasarme con tus chistes malos- rió.

Thomas podía estar muy avergonzado al hablar con Benjamín pero eso siempre duraba unos segundos luego ese sentimiento era sustituido por uno de total calma y paz. Lo cual no sabia porque sucedía pero le gustaba. 

-Pues, bueno perdón- ironizo - acaso vives en Burkash, ese si que es un barrio peligroso, por algo yo tomo los turnos de noche, es mejor estar aquí que allá - dijo Benjamín con una expresión exagerada viendo la cara de Thomas al escuchar ese Barrio ya que era en el que vivía él. Ben, al notar su cara unió cabos sueltos y grito ¿¡Vives en mi barrio compañero!? a lo que el otro sin cambiar su rostro de asombro asintió con su cabeza. 

-entonces deja que te acompañe ya que vamos para el mismo rumbo- sonrió - Aun no me lo creo eh -confeso aumentando su risa- compañeros y ahora también vecino - ironizo.-

Thomas no se negó a su propuesta, en unos minutos cerraron el local por fin y comenzaron a caminar por la vereda lentamente acompañados de un silencio incomodo por poco tiempo ya que Benjamín parecía comenzar a hablar hasta por los codos y thomas reía por cada chiste bobo que contaba.

Ambos caminaban tranquilos charlando del porque habían comenzado a trabajar ahí, y el primero en contar su historia fue Benjamín.

Thomas escucho atentamente como le contaba que la razón de su empleo era el que su padre había muerto luego de un accidente en la ruta, y que su madre también iba en ese viaje pero que no murió por suerte, pero que no podía trabajar por un problema. y que él era el mayor y tenia que hacer algo por sus dos hermanos menores. y Georgia fue de gran ayuda para él.

Al momento de que Thomas debía contar su razón,estaban a pocas cuadras de su departamento, él  abrió la boca para comenzar pero ni siquiera pudo decir la primer palabra antes de que un grito demandante los tomara por sorpresa, ¡Maldito bastardo detente ahi! 

Ambos jóvenes se giraron hacia quien  provocado el grito, quedando uno de ellos congelado al ver quien había sido. 

-¡Pensabas que no iba a encontrarte maldito hijo de puta!-Volvió a gritar-

Benjamín no entendía de que se trataba, solo veía a aquel hombre gritar acercándose cada vez más. Miro a Thomas quién mira al hombre sin pestañear, congelado. Le pego unos toques en el hombro para que saliera de su shock y lo único que escucho de Thomas fue

-Corre..¡Vamos corre ben!-y sin pensarlo ni dudarlo comenzó a correr al compás de Thomas.

Ambos corrieron al menos tres cuadras sin mirar atrás hasta llegar al departamento de Thomas, quien abrió la puerta e hizo entrar a Benjamín rápidamente cerrando de un golpe la puerta detrás de él, rogando que no lo hubieran visto entrar ahí.

Ambos jóvenes largaban suspiros de cansancio y agitación hasta que uno al fin hablo--¿Piensas decirme quien carajo era ese maníaco que te gritaba?-Dijo Benjamín.

Thomas tratando de regularizar su respiración solo contesto.-Es mi papá.-

SusurrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora