cuarenta y tres

29 3 0
                                    

Me gustaría enorgullecerte, en donde sea que te encuentres.
No saber de ti en estos cuatro años me ha estado matando, de a poco, pero lo ha hecho.
Y estos últimos meses han sido mi perdición.
Ver nuevamente sus ojos verdes, con esa mirada inocente que siempre lleva puesta, o al menos así la recordaba.

Es una ironía, he atribuido tus vicios...

Fumar, por más que trate de dejarlo.
Mentir, aunque se me de fatal.
Herir, incluyendo a las personas que más quiero.
Fingir, nunca me he sentido cómoda en ningún sitio y esto me lleva al quinto.
Esconderme, siempre he sentido que una parte de mi quiere mostrarse como realmente es, sin tapujos.

Siempre que intento hacerlo y al mostrarme tan solo un poco, me da miedo.
Miedo a parecerme tan solo un poco a ti.
A ser como tu.
A cometer tus errores.

Miedo a dejar escapar a ese hombre de ojos verdes pardo de mis manos, el hombre más importante de mi vida.
Pero no te culpo por abandonarlo, por abandonarnos.
Yo también tendría miedo de lo que me esperase un futuro junto a él.
Pero si te culpo por tu cobardía, por dejarlo en la estacada, cuando el solo te necesitaba y tu solo huiste, dejándonos.
Creeme a veces igual desearía escapar de ese problema que siempre acecha, y por un tiempo lo logré, pero ya no puedo, podía evitarlo a él, junto con todo lo que el solo acarreaba, pero ya no puedo. Ahora yo también llevó esa carga en la espalda y un montón de pastillas en los bolsillos.
Que pena que ha sido lo único que he heredado de ese hombre de ojos pardos.
Pero ahora ambos compartimos dos cosas que nos han marcado de la misma forma.
Por primera vez me siento unida a él.
El siempre estará enamorado de ti, lo tengo claro, fuiste su primer y más grande amor, y eso no se olvida nunca.
Pero cuando el me mira a los ojos sé que está observando a lo que más ama hoy en día y me agrada sentir lo mismo por él.

Escritos a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora