Capítulo 7

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Me detuve frente a la puerta del departamento de Tom y toqué la puerta 3 veces.

Esperé unos minutos y de esta apareció Tom con una sonrisa radiante con su pelo rubio peinado de una forma despeinada, traía una camisa blanca arremangada hasta los codos, unos vaqueros negros, traía un delantal de cocina puesto y en su mano derecha una cuchara de madera.

- Hola- dijo y me dejó entrar.

- ¿Que haces? - pregunté viendo algunas manchas de salsa en su delantal de color rojo.

- Cocino - dijo moviendo un poco su cuchara de madera - ¿quieres ayudarme? - preguntó. Hice una mueca con la mano pero después acepté.

- Claro - dije y dejé mis cosas en el sillón.

- ¿Que preparas? - pregunté poniéndome el delantal negro que Tom me prestó para no manchar mi ropa.

- Spaghetti - dijo con una sonrisa rara que hizo que me riera.

- ¿Sabe cocinar?  - pregunté lavando mis manos.

- Algo aunque no mucho - 

- Bien ¿Que hago ahora? - pregunté secando mis manos 

- Ven y comienza a picar este tomate - dijo y me entregó un cuchillo y el tomate.

- Ok - dije y me acerqué a la alacena y comencé a picar el tomate.

Jamás había cocinado, era un desastre en la cocina, no servia ni para hacer un huevo frito, menos voy a servir para un tomate. Comencé a cortar.

- Profesor de Literatura y chef ademas - dije mientras el profesor mezclaba la salsa que había en una olla. 

- No me creo un chef - dijo y giró la cabeza para mirarme pero sus ojos se centraron en el tomate que estaba picando - ¿Que estás haciendo? - preguntó aguantando la risa. 

Miré el tomate y vi el desastre que había echo, la pobre fruta estaba echa puré, dejé el cuchillo junto al tomate algo enojada y dije.

- Soy una inútil hasta para cortar un tomate - limpié mis manos y me crucé de brazos.

- No eres inútil, solo te falta algo de práctica ven aquí - dijo, vacilé un poco pero me acerqué.

- Toma esto - dijo y me entregó un cuchillo, lo tomo y me puse en frente a la alacena de nuevo.

Agarré otro tomate y comencé a cortar nuevamente, pero en eso siento que alguien me respiraba por atrás sobre mi nuca y que unas manos tibias se posaban sobre las mías. Mi piel se erizó y mi respiración se detuvo, giré un poco la cabeza solo para ver el hermoso rostro de Tom cerca de mi hombro, tragué saliva y traté de tranquilizarme, mi respiración volvió, pero no era normal era algo agitada.

Tom levantó mi mano un poco y cortó un trozo de tomate, después volvió a hacer el mismo acto varias veces hasta que el tomate estaba bien cortado en rodajas.

- Listo - dijo Tom en mi oreja, me giré solo para que nuestros rostros quedaran a escasos centímetros y nuestras respiraciones se mezclaran.

Tragué saliva y mordí ligeramente mi labio inferior, el con la mirada recorrió mi rostro, primero mis ojos, después la nariz y terminó en mis labios. Dios sus labios, esos labios rojos y carnosos y sumamente besables estaban casi a milímetros de los míos, dios solo un empujoncito y los rozaría, estaba por hacerlo, sería un suicidio pero que más daba, estaba por hacerlo estaba decidida pero en eso una extraña alarma suena haciendo que volvamos a la realidad y nos separamos bruscamente. Aclaré mi garganta y dije para librarme de la situación.

- ¿El Baño? - 

- Al final del pasillo - dijo tragando saliva y volviendo a la salsa

Sin mirarlo salí de la cocina y me dirigí al baño, entré y cerré la puerta, Dios, ¿qué acababa de ocurrir?, ¿que carajos fue eso? se sentía tan bien tenerlo tan cerca, su olor era algo exquisito, dios estaba caliente como una olla. 

Abrí el grifo de agua fría y mojé un poco mis antebrazos eso me relajaba mucho. Bajé la tapa del retrete y me senté en este, apoyé mis codos en mis rodillas y la cara entre mis manos, Dios ahora no podía pensar en nada, mi cabeza me daba vueltas y no pensaba con claridad. Estuve en esa posición por un largo rato hasta que escuché algo en la puerta.

- ¿Abby, te encuentras bien? - preguntó Tom.

- Emm si, ya salgo - dijo

- Ok - dijo y después lo escuché alejarse. Respiré hondo y salí del baño.

La mesita del salón ya estaba puesta.

- Ahí estas - dijo Tom saliendo de la cocina con dos platos, se acercó a la mesa y depositó los platos en ella - Ven a comer - me dijo, me acerqué despacio y me senté en el sillón y el a mi lado.

La comida fue algo silenciosa, algunas veces lo pillaba mirándome pero rápidamente desviaba la vista, terminé de comer y dejé el plato en la mesa y me limpié con la servilleta.

- Gracias por la cena, estuvo deliciosa - dije y sonreí. Este se llevó un poco de Spaghetti a la boca manchándose la comisura de los labios. No pude evitar soltar una pequeña risita.

- ¿Qué? - preguntó.

- Solo... es que... tiene salsa en el labio - dije y toqué mi labio señalándome el lugar.

Lo que ocurrió fue un impulso, no sabía porque lo había echo, no pensaba en ese momento, solo me quedé mirando sus labios y lo deseables que se veían cubiertos de salsa.

Me acerqué a el y lamí la salsa que estaba en su labio, pero rápidamente me llevé una mano a la boca, como cayendo en lo que acababa de hacer, el tenía los ojos abiertos sin pronunciar una palabra.

- Dios... yo... yo lo siento - dije casi en un susurro, dios mis mejillas tomaron un color rojo ¿que acababa de hacer? ¿porque lo hice? Dios esto no estaba para nada bien. - Creo que mejor me voy - dije. 

Sin mirarlo a los ojos me levanté del sillón tomé mi chaqueta y mi bolso y caminé hacia la puerta pero cuando estaba por tocar la manilla, Tom me agarra del brazo, me gira haciendo que mi cuerpo quede pegado a él, coloca una mano en mi cintura y otra en mi nuca y planta sus labios sobre los míos.

Dios, ese sabor dulce de sus labios me estaba cautivando, me encantaba como nuestros labios se hacían uno, como nuestras lenguas bailaban una bella melodía solo que ellos oían. Llámenme tonta pero sus labios eran el mismísimo paraíso. Coloqué ambas manos sobre su rostro atralléndolo más a mi, tambaleándonos Tom nos dirigió al sillón nuevamente pero por falta de aire nos separamos pero al instante volvimos a juntar nuestros labios, Tom me acostó con cuidado en el sillón, el arriba mio, aunque estaba con ropa, aún podía sentir lo caliente que estaba el.

Deseoso de sexo... dios sexo.

Mi Alumna Favorita (Tom Hiddleston)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora