Capítulo 4

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Durante un par de días anduvieron manteniendo en todo momento silencio entre ambas. Cada una iba inmersa en sus pensamientos, ni tan siquiera en los momentos en los que paraban a descansar se dirigían la palabra. Eran como dos autómatas a los que les habían instalado una misión.

-Deberíamos parar un rato- Clarke se sorprendió al escuchar la voz de su compañera.

-No, estamos a punto de llegar a Arkadia. Descansaré una vez que esté en casa. Pero tú puedes hacer lo que quieras – Miró a Lexa- Es más deberías continuar tu camino a Polis.

-Dije que iría contigo y es lo que voy a hacer.

-No lo entiendo, nadie en Arkadia te quiere ver y yo menos que nadie. Perdona pero debo rectificar, sí tengo amigos que están deseando verte, pero no precisamente para saludarte.

-Da lo mismo lo que me cuentes, dije que iría e iré – Lexa siguió caminando. Su humor había empeorado. Odiaba que Clarke la quisiese alejar a toda costa.

Tan solo les faltaba ascender una pequeña colina para poder ver Arkadia. Un ruido proveniente del bosque hizo que ambas tomasen sus armas. De entre la espesura aparecieron Octavia y Lincoln.

-Clarke – No hubo tiempo para más. La morena se lanzó a los brazos de su amiga- Empezaba a pensar que nunca te iba a volver a ver –"Me alegro de verte" fue la respuesta que le dio la rubia.

A la comandante todas esas muestras de afecto que tenía el pueblo del cielo la tensaban. No entendía la necesidad que parecía sentir de estar tocándose siempre. Desde siempre a ella le habían enseñado que las muestras de afecto nunca debían mostrarse en público porque con ello hacías que tus enemigos de viesen como una persona débil. Y por si eso no fuese suficiente, con esas muestras enseñabas a tus enemigos quienes eran las personas que para ti eran importantes.

Lincoln se acercó a su comandante- Hay que reconocer que es más fácil de esa forma saber que le importas a la otra persona- A Lexa le sorprendieron las palabras de su guerrero.

-Debemos seguir- Octavia y Lincoln se miraron.

-¿A dónde queréis ir? – Clarke alzó una de sus cejas ante la pregunta de Octavia.

-A casa – La rubia volvió a mirar a sus amigos- ¿Qué sucede?

-Lincoln – Dijo Lexa con dureza esperando así obtener una respuesta rápida.

-No hay casa a la que ir. Al menos no, si lo que buscas es la casa de la que te fuiste- Clarke y Lexa se miraron sin comprender a la morena- Pike ha tomado el poder.

-¿Pike? – Clarke estaba bastante perdida.

-Has estado lejos demasiado tiempo – La voz de Octavia sonó con todo el reproche del que iba cargada- Pike y otros 50 se han juntado a nosotros. Su módulo cayó cerca de la Nación de Hielo. En una de las partidas que hicimos para buscarte dimos con ellos. Ahora todos vivimos en Arkadia.

-¿Cuál es el problema?- WanHeda no terminaba de entender.

-El problema es que Pike ganó las elecciones a canciller. Odia a todos los terrestres. Si no hacemos algo, habrá guerra.

-No si Clarke y yo lo podemos evitar- Esa frase hizo que la rubia se girase para mirarla- ¿Acaso quieres una nueva guerra?

-No, pero ¿qué te hace pensar que estaré de tu lado? Pike y el resto son mi pueblo, mi gente. Haré lo mejor para ellos. Y eso tal vez no sea aliarme, nuevamente, contigo.

-De momento, lo que deberíais ambas hacer es ir a Polis- Octavia decidió que esa pelea entre ambas lideres podía esperar- Para Pike ambas sois elementos prioritarios.

-¿Nos quiere dar caza?- Clarke no podía dar crédito a lo que estaba escuchando, pero Lincoln asintió confirmando lo dicho por su mujer- Y ¿mi madre, Kane, Bellamy? Debemos sacarlos de allí.

-Tu madre no puede salir al igual que Kane. Digamos que Pike los tiene retenidos. Mi hermano forma parte de los fieles al nuevo canciller.

-Pero...

-No fuiste la única a la que le costó asimilar todo lo que nos pasó desde que llegamos a este planeta.

-Indra – Octavia tranquilizó a la comandante. Ella y Lincoln habían encontrado a Indra antes que los hombres de Pike y eso posiblemente le había salvado la vida- Debemos partir para Polis y prepararnos. La Nación de Hielo también nos quiere muertas.

-Deberíais venir con nostras – Octavia negó- Por favor- Insistió Clarke.

-Octavia tiene razón, no podemos. Sólo ella parece tener aún algún poder sobre Bella.

-Que volvamos a vernos- Fue Lexa la que terminó la conversación- Clarke, debemos irnos.

-Hay dos caballos en el rio. Lo dejó Indra, para cuando llegaseis – Lexa agradeció la previsión tenida por su soldado- Que nos volvamos a ver- Fue la despedida de los cuatro.

No descansaron, una vez encontraron los caballos continuaron su viaje sin parar. Salvo cuando las monturas debían descansar.

-Nunca debí alejarme de los míos- Lexa se fijó en su compañera por primera vez desde que dejaron a Octavia y Lincoln. Parecía realmente cansada- Debí quedarme con ellos. Todos juntos podríamos haber superado lo del MW y habríamos podido hacer frente a Pike. Y ahora no volveríamos a estar al borde de una guerra – Detuvo su cabalgadura haciendo que Lexa también se detuviese- Odio este planeta. Llevo luchando por mi vida desde el mismo instante en el que puse un pie en él. Esto es de locos. Lo estoy volviendo a hacer- Lexa miraba a su acompañante sin entender a donde quería llegar – Les estoy volviendo a dejar. Será mejor que regrese.

-No- Clarke miró a su compañera y vio la seriedad con la que ésta la estaba mirando- No vas a ir a ningún lado que no sea a la Polis. No voy a permitir que te entregues a un loco. No he puesto mi vida en peligro para que ahora corras hacia una muerte casi segura. Te necesito a mi lado. Y vendrás conmigo tanto si quieres como sino.

-¿Me llevarás como prisionera?- Lexa asintió- Para ello deberías ser capaz de vencerme.

-Si tengo que luchar contigo lo haré. Pero preferiría no tener que golpearte. No quiero hacerte daño. Tu dolor es mi dolor- Clarke la miró sorprendida- Así que nada de entregarse.

-¿Por qué tanto interés?

-Ya te lo he dicho. Te necesito a mi lado- Ambas se miraron y asintieron. Por el momento parecía que Lexa había sido capaz de convencer a Clarke para que la acompañase, pero la comandante tenía claro que los deseos de WanHeda para regresar con los suyos volverían a aparecer. Y tal vez entonces no podría convencerla- Cuando todo esto termine, te enseñaré lo hermosa que es esta tierra. Y entonces no te arrepentirás de haber llegado hasta ella.

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