◄Nick Jonas y Tu►| TERMINADA |

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—Hay... mi amor no paso nada...— Le dije nerviosamente mientras le daba mi mejor sonrisa —Solo un chico intento coquetear conmigo...— le dije sin darle importancia —Pero, le dije que tenía novio, que por cierto es muy celoso...— solté una carcajada pero el permanecía serio
—Bien... está decidido tomaras clases particulares...— me dijo mientras tomaba mi mano
—Mi amor... no puedo estar encerada todo el día...— volví a reír
—No... pero así nadie te molestaría, ni fotógrafos, ni reporteros y mucho menos chicos indeseados...— dijo ahora riendo
—Ah... así que si tomo clases particulares, ¿confirmaras que somos novios?— le pregunte seriamente, tenía que intentarlo... quería poder salir con él libremente, no siempre a escondidas, tratando de que no nos vean, no poderlo besarlo donde sea solo en su casa o en la mía, poder tomar su mano cuando salimos...
—...No yo no dije eso... nunca te das por vencida, ¿cierto?— dijo mientras sonreía de lado
—Claro que no...— le conteste segura —Daria lo que fuera... por poder salir a la calle y poder tomarte de la mano, poder abrazarte... sin escondernos...— le dije mientras tímidamente jugaba con nuestros dedos, con su suave mano, subió delicadamente mi rostro tomándome de la barbilla...
—Entonces hagámoslo...— me contesto mientras me miraba fijamente a los ojos
— ¿E... enserio?— le pregunte incrédula
—Si...—me contesto con esa sonrisa torcida que desde la primera vez que la vi, me volvió loca
— ¡Te amo!— le grite mientras para después lanzarme a sus brazos
—Yo también te amo...— me dijo para después unir nuestros labios en un tranquilo beso, ya que después de todo era una ''figura pública''
—Con lo del colegio...— me dijo ya cuando íbamos saliendo por el horrible callejón para ir a su auto... por primera vez tomados de la mano —Creo que deberías seguir asistiendo, si no te gusta... hablamos con tus padres para que tomes particulares— me dijo ahora abriendo caballerosamente la puerta del auto, entre y se sentó a un lado, puso delicadamente una mano en mi cintura, haciendo temblar internamente toda mi anatomía, la otra mano la puso en mi cuello, para después acercar lentamente su rostro al mío, comenzó a jugar con mi labio inferior, dándole ligeras mordidas y aprisionándolo entre los suyos, pase mis manos por su cuello hasta llegar a su nuca, pasaban los segundos y el beso tomaba un poco mas de velocidad, enredaba delicadamente mis dedos en sus bien definidos chinos
— ¿Q...que fue eso?— le pregunte algo asustada, después de que un se escuchara un estruendoso sonido, como no asustarme si estábamos aun en el callejón que a pesar de que eran las cuatro de la tarde, estaba obscuro
—Debe ser un gato o un animal...— me dijo para tranquilizarme y siguió besándome, acción a la cual obviamente no me negué
—No...— susurro algo molesto en mis labios
— ¿Qué pasa?— le pregunte sin entender
—Es mi celular...— dijo con una cara de fastidio mientras metía su mano en el bolsillo de su pantalón
— ¿Qué quieres Joe? — contesto molesto... mientras permanecía callado escuchando lo que seguramente le decía Joe, comence a darle cortos y húmedos besos en su cuello, provocando que soltara unas pequeñas risitas —No... ¡Joe, si te estoy escuchando!— le dijo tratando de sonar serio, seguí besando cada uno de los pequeños lunares que estaban estratégicamente colocados desde su mejilla, No pudo evitarlo y soltó gemido un casi inaudible —Si está conmigo, apenas vamos para allá...— decidí dejarlo hablar tranquilo o un interrogatorio por parte de sus hermanos le esperaría en casa —No tardo... Adiós...— finalizo la llamada —Tenemos que irnos...— me dijo mientras curvaba su labio inferior para hacer una mueca de tristeza
—No te preocupes... tenemos mucho tiempo...— le dije riendo mientras subía una de mis pequeñas cejas, emitió una pequeña carcajada y beso mis labios, salió del auto y cero la puerta lentamente, para después rodear y subirse del lado del piloto
— ¿No vamos a mi casa?— le pregunte cuando no reconocí el camino
—No...— alargo mientras reía
— ¿Entonces?— le pregunte sin entender — ¿A donde vamos?— volví a preguntar