Leslie Holt, una chica argentina consigue una media beca en una universidad muy prestigiosa en Estados Unidos. Sus padres no tenían mucha plata y les costaba bastante pagar la media cuota de su universidad. Su cantante favorito era Shawn Mendes y ta...
Debo admitir que eso había sido algo... ¿Extraño? Me dejo ahí parada, esperando su respuesta y ella solo se fue saludándome con la mano. ¿Qué chicos estarían aquí? ¿Habrá venido Olivia o hablará sobre sus hermanos menores?
-¡Vamos Leslie!- gritó Dove que terminó de estirar junto a Tiffany.- Sigamos.
Fuimos trotando, un silencio se apoderó de nosotras en el camino. No era un silencio incómodo, pero sí un silencio que todas querían terminar pero cada vez que alguien intentaba hablar se quedaba en blanco y se arrepentía.
-Les... ¿Quién era esa chica?- preguntó al fin Dove con un tema de conversación que creo que es el que había estado tratando de sacar hace varios minutos pero no se animaba.
-Ella es Valeria, la hermana de una de mis mejores amigas de allá.
-¿Nosotras como que las remplazamos?- preguntó Dove
-¿Celosa Dove?- pregunté riéndome por su pregunta.
-¿Celosa yo? Please, soy Dove Cameron, la nunca-celosa- Dove movió su mano haciendo un círculo con la palma hacia arriba y corrió su cabello. Tiffany estaba doblada en dos riéndose, yo solo la imitaba pésimamente...
Terminamos de caminar y fuimos a los juegos para nenes chiquitos. Al acercarnos todos salieron corriendo e inmediatamente quedo únicamente una nena rubia, de pelo corto y ondulado, sentada en los columpios, sola.
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-¡Hola!- dije y nos acercamos a ella. Era muy chiquita y tierna, sus ojos eran azules pero tirando a grisáceos. Se veía triste.
-Hola...- dijo ella despacio intentando columpiarse.
-¿Cuál es tu nombre?- pregunté agachándome y quedando aún más abajo de lo que ella estaba.
-Lucy- dijo la nena.
-¿Y tú mamá? ¿Dónde está?- pregunto Tiffany agachándose al igual que yo. Ella señaló a una señora que estaba hablando por teléfono mientras pintaba sus uñas.
Se notaba que su madre no le prestaba atención, por lo tanto, decidimos hacerle pasar a Lucy un genial día.
La tome de la mano y nos dirigimos a enfrentar a su mama.
-Señora- ella nos paro y nos hizo callar.- Señora- repetí y ella hizo lo mismo.
A los diez minutos de haber intentado por primera vez hablarle, ella colgó el teléfono.
-¿Qué quieren?- preguntó continuando con su manicura.
-Queremos llevar a su hija a dar un paseo- dije yo y ella se sorprendió.
