buy me flowers and call me baby. (l.s) (one shots)

Crime partners.

Sangre.

Eso era lo único que había en ese casi desierto estacionamiento, más el fuerte sonido que salía de las varias armas que portaban aquellos hombres con traje negro.

Harry Styles, un joven de 23 años, era reconocido por ser uno de los mejores integrantes de la mafia rusa. Y luego estaba Louis Tomlinson, con 19 años, siendo su compañero y novio.

Tenían que resolver un asunto sobre unos tipos que no habían pagado lo que debían, millones de dólares fueron prestados por la mafia, pero la fecha de expiración había llegado y
nunca fueron devueltos. Por lo tanto, éstos dos muchachos y un par de gente más, tuvieron que ir a su encuentro para "cortar cabezas".

En aquel tiroteo desenfrenado que se había causado, se podía apreciar el buen trabajo que hacían Louis y Harry, eran un muy buen duo.
L tenía movimientos precisos, ágiles, su cuerpo se deslizaba hacia arriba para dar un disparo aún estando sobre esos tacones altos, y volvía a agacharse tan rápido como pudiera tras el auto gris.
Oh, y sí, L usaba tacones, junto a una falda negra de encaje y remera del mismo color que lo hacía ver sumamente delicado y sexy, solo a él le quedaban tan bien esas cosas, tal vez casi mejor que a una mujer. Pero no, no utilizaba maquillaje, eso sería "pasarse de la raya" según él. Aparte, sus facciones eran tan hermosas y su piel tan bien cuidada que no lo necesitaba.

Su rostro se encontraba con las cejas fruncidas y los ojos entrecerrados, y sus manos sostenían con firmeza el arma negra.

En cambio, H se movía con decisión y fiereza, como si quisiera derrotar de un solo tiro a todos los tipos del lugar que se encontraban disparándoles. Su mandíbula y músculos tensados podían notarse muy bien.

Estaba a un lado de Louis detrás del auto, llevando un traje pulcro negro, junto a unos zapatos lustrados del mismo color, y una camisa blanca con los primeros tres botones desabrochados, con el borde cubierto por una mancha de sangre. Su cabello caía hacia los costados de sus mejillas desordenadamente, y sus labios estaban juntos en una linea recta, demostrando suma concentración.

Duraron unos treinta minutos más de esa manera, con Styles gritando indicaciones a su gente sobre en dónde disparar, y éstos actoándolas perfectamente.

Ya tenían todo resuelto, lo único que faltaba era llevar a los hombres a la residencia de la mafia, después el padre de Harry de encargaría del resto.

- Bueno, ustedes vayan a la residencia en la van negra, como mi auto tiene varios disparos voy a tener que encargar uno. Lo importante ahora es que estos tipos lleguen con mi padre lo más pronto posible. -Ordenaba el chico rizado a su gente. Debía encargar que le traigan un vehículo para poder ir por fin a su casa junto a su novio, esta era la última misión que le tocó antes de darse su merecido descanso todo el fin de semana.

La van negra ya se había ido, y los dos jóvenes se encontraban esperando en aquella estación de servicio que llegue su auto encargado desde la residencia.

-Sabes... Hoy nos dan nuestro descanso, y te tenía una pequeña sorpresa. -sonrió pícaro L al decir estas palabras, jugando con el borde de su falda.

--¿Ah, sí? ¿Y de qué trata esa sorpresa, bebé? -preguntó el mayor colocando sus manos sobre la cintura del chico.

-Sólo puedo decirte que en casa te la daré. -susurró bajando una mano a la entrepierna del contrario, para dar un ligero apretón por sobre la tela de los pantalones.

Harry gruñó, tenzando su mandíbula, no podía esperar a lo que su pequeño tenía preparado.

Justo en ese momento, un auto se estacionó en frente suyo, dado a entender que era el que habían pedido.