Lila Pov's
Cierro cuidadosamente mi habitación, sin hacer ruido alguno al hacer que la puerta cierre con un eco sordo con el marco de esta.
Camino con pasos lentos y casi silenciosos por mi habitación, buscando que nadie note mi presencia; que aquella bestia dormida en el piso inferior no sepa de mi llegada.
Una vez lista me acuesto en mi cama, buscando que el sueño me embargue, que haga poderío en mi cuerpo..., pero no sucede.Cierro mis ojos en un desesperado intento por que la neblina del sueño me embargue;no pasa nada. Siento la pesadez de mis músculos, como si estuvieran tan tensionados que son difíciles de llevar conmigo misma, como si fuera un gran peso que se impregna en mí.
Suelto una temblorosa respiración.
Me acurruco de forma protectora en las sabanas, sintiendo como mi pecho se cierra; me asfixio. Las lágrimas me asfixian. La presión se vuelve más fuerte, haciéndome temblar, haciendo que mi corazón se sienta en una pequeña caja de la que no puede salir.
El dolor encandila de forma grotesca la antigua emoción que mi sistema estaba extrayendo de lo que viví hace unas horas.
La música, el alcohol, las risas. Todo parecía un perfecto lugar en el cual descansar, un lugar donde sólo tenía que preocuparme por cuantos tragos me tomaría.
Me ahogo con mis propias lágrimas, hipando constantemente, tratando de acallar mi dolor, como siempre lo he hecho. Tapo mi boca con mis manos, sintiendo las lágrimas correr sin un fin hacia las palmas de mis manos, mojándolas, dejando allí la estela de algo tan real como lo es aquello que comprime mi cuerpo de forma brusca, sin escrúpulo alguno, buscando deshacer mi interior, sabiendo a la perfección mis puntos débiles.
Aprieto la almohada, en un arranque de histeria, descargando algo de lo que corroe mi sistema, lo que se expande de forma impetuosa en mí. Lo que se está apoderando de mi con tal ímpetu que dudo que pueda detenerlo.
El vigor con el que entierro mis manos en la almohada hace que me duelan un poco, gracias al violento roce de la tela con mis magulladas manos. Las peladuras y los cortes aún siguen allí, en carne viva, sangrando de nuevo gracias a la presión que estoy ejerciendo.
Me siento ajena a aquel dolor, como si de alguna forma no fuera yo, como si este cuerpo no me perteneciera.
Respiro erráticamente, sintiendo como pierdo el aire que mis pulmones con un gran esfuerzo estaban albergando, siento la fuerza que se está comiendo gran parte de mi corazón.
<<Tú ya no tienes corazón.>>
Las palabras que se graban en mi mente a fuego, deciendiendo quedarse allí, son las que me destruyen una vez más, es como si algo se estuviera deshilachando en mí. Como cuando tienes sólo un pequeño pedazo de hilo colgando del botón de una camisa y le falta tan poco para caerse que lo quitas antes de que se pierda.
Algo se desprende en mi interior. Algo que jure nunca volverían a tocar, algo que me prometí resguardar bajo tantas paredes de cemento que nunca nadie entraría.
¿Qué hice mal? ¿Alguna vez merecí esto?
Leo tenía razón.
Los corazones rotos jamás vuelven a juntarse; sus pedazos se han perdido...y jamás serán encontrados.
Susurro el nombre de aquella persona, de él, de ese muchacho que llego a hacerme creer que mi corazón aún tenía una pequeña parte sin destruir.
Vaya que me equivoque.
No queda más que polvo y un vago recuerdo de este. De lo que una vez latía con vigor..., y ahora no.
***
Pequeña historia que lleva más de un año guardada en borradores.Es un género... algo nuevo para mi, espero les guste.
Créditos por la hermosa portada a:BloodyAS
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Broken Hearts
RomanceNos han pre escrito en un papel invisible a nuestros ojos, que un corazón roto necesita de uno completo para poder salir adelante. Pero no es así; jamás ha sido así. Lila y Leo son tan iguales como diferentes. Dos hermosos y despedazados corazones...