Capitulo 3

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Me había saltado todas mi horas no quería entrar a ninguna clase me había quedado pensando en cómo ese hombre pudo desaparecer como si nada.
Su cara era muy familiar pero no entendía porque.
Tenía muchas preguntas en mi interior, las cuales no tenían respuesta así que me estaba atormentando la idea de que las pesadillas volverían a mi vida. Regresé a mi casa lo más pronto que pude y note a mi madre hablar por teléfono

-No! Nunca. Ella ya se olvido de ustedes

-Por el amor de Di....

-Déjenla en paz es solo una niña.

No entendía que era lo que sucedía solo escuchaba a mi madre, ella estaba en un mar de llanto implorando algo que no sabia de que se trataba.

Cuando estuve a punto de acercarme y llamar su atención. Su voz había cambiado de depresión a enojo e irá

-Basta. No permitiré que la dañen, no dejaré que nadie de ustedes la lastime. Primero muerta

Después de eso supuse que había cortado, porque guardo su teléfono.

Me quede estática no sabía qué hacer, mientras veía como ella lloraba desconsoladamente y yo no sabia que hacer ni qué decir me encontraba muy desorientada

Ella volvió su vista y se encontró conmigo. Entonces reaccione
- Quien era mamá? Y porque estás así?

Su mirada me examino de arriba abajo con pena.

-Nada querida, cosas del trabajo.

Limpio sus lágrimas. La verdad no le creí para nada, lo que me había dicho, pero no tenía quería tocar el tema. Salió de la sala y se dirigió a su despacho. La seguí y me dispuse a hablarle, porque ella era la única que sabía acerca de mis pesadillas y era la única que parecía entenderme.
Entre tras de ella, su despacho era grande del porte de una habitación, sus prendes eran color beige, tenía un gran escritorio en el centro, habían muchos estantes color café oscuro llenos de libros y carpetas. Su despacho siempre estaba cerrado con llaves. Nadie podía entrar a esa habitación de la casa. Solo mi madre tenía las llaves. Entre y aclare un poco mi garganta mi madre alzó la vista hacia mi, se encontraba sentada en su silla con los codos apoyados a su escritorio

-Uhmm, yo lo siento Sofía no quería interrumpirte, puedo volver luego...

Me miró con calma y relajo su expresión

-Ya te e dicho que no me digas Sofía, soy tu madre. Y dime cariño que es lo que sucede?

Se levanto de su asiento y camino hacia el sillón que se encontraba a un lado de la habitación, era un sillón dé dos metros de largo, con forma rectangular era color negro y tenía tres cojines color rojo ubicados perfectamente.
Sofía tomo uno de los cojines, lo levantó y se sentó en su lugar.
Dio un palmada en el sillón para que me sentara junto a ella.
Sin pensarlo me había acomodado a su lado. Y habló de repente

-Scar podrías decirme, porque el rector me llamo en la mañana a decirme que no habías asistido a ninguna de tus clases?

Maldito José, siempre que pasaba algo,por la más mínima cosa que fuese, llamaba a mi madre, estaba segura de que gustaba de ella.

- De eso quiero hablarte mamá...
Después de llegar al instituto con Ash, iba directo a mi clase de matemáticas, estaba corriendo por los pasillos porque llegaría tarde sino lo hacía. De pronto choque con alguien.....

Le había contado lo que sucedió con lujo de detalle, esperaba que me tranquilizara y me dijera que todo estaba bien, que todo era producto de mi imaginación. Pero no. Se había mantos callada durante unos segundos que para mí fueron como años. La mire y ella tenía más misma expresión que yo, cuando vi a aquel hombre.

Hazme un favor, y mátame de una vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora