Hazme un favor, y mátame de una vez

Capitulo 11

Ví un automóvil lamborghini Murcielago al frente de mi casa. Ignoré ese auto y me quedé parada buscando el auto del desconocido.
De pronto el hermoso auto me hizo luces que casi me deja ciega.
No puede ser, pensé. Ese auto era del chico, wow.. Era uno de los autos más caros del mundo y enserio me quede con la boca abierta, el susodicho bajó del coche y me abrió la puerta, me senté un poco perturbada, nunca creí que fuese un millonario el que compartía mi silla del parque. Se dio vuelta rodeando el auto para sentarse en el asiento de copiloto y emprendió nuestro camino. El aire estaba un poco denso así que intente romper el hielo.

-A donde vamos?

Sonrío nuevamente, enserio este chico tenía la sonrisa más perfecta del mundo.

-Ya te lo e dicho a una fiesta de un amigo mío. Pero antes quiero que uses esto.-me dijo tendiéndome un brazalete parecido a la plata quemada en forma de una serpiente, era muy chula. Pero no iba a aceptar regalos de desconocidos.

-Acaso estás acostumbrado a ir al parque encontrar una chica, subirla en tu coche y hacerle regalos caros?. Porque si es así. Debo decirte que yo no soy de esas. No quiero tu brazalete.

Torció los ojos, se veía tan tierno haciéndolo. Pero pude notar que se había tensado un poco.

-No lo tomes como un obsequio, tómalo como un préstamo. Solo lo usaras en la fiesta y al finalizar me la devolverás.

No entendía que era lo que sucedía, porque era tan importante para él que usara un brazalete. Pero no quería discutir así que mejor tome el brazalete y me lo coloque.

-Y ahora estás feliz?. Ahora me dirás tu nombre. El mío es Scarlett.

-Jaden.

Bonito nombre. Pensé. De pronto
El auto se paró de golpe, baje del coche al igual que Jaden, el viento golpeaba mi cabello con fuerza, me dispuse a analizar mi entorno, Era un lugar un poco escalofriante casi desierto, había un par de postes que emanaban un poco de luz para no quedar en plena obscuridad, se podía escuchar que a lo lejos había un río o talvez podía ser una cascada, miré un gran portón que se encontraba justo en frente del auto pero mi vista se dirigió a todos lados buscando alguna otra casa, pero mi búsqueda fue en vano, no había nada más que la gran muralla china en el lugar.

-Entremos antes de que te resfríes.-dijo mi acompañante. Y la puerta de aquella muralla empezó a abrirse, el sonido que hizo fue desagradable, supuse que ese portón había estado más tiempo ahí que la edad de mi abuela.
Caminamos por un largo tiempo sobre un sendero, en el que al final se encontraba una gran mansión.

Yo estaba acostumbrada a los lujos y la riqueza, pero mientras más nos acercábamos podía jurar que la casa fue construida en el siglo pasado por el mismísimo Dios, tenía una arquitectura brillante. Era una casa de ensueño.
Jaden se había mantenido todo el trayecto en silencio y le agradecía porque estaba disfrutando de mi vista .
Entramos en un gran salón, y así como por fuera, por dentro era espectacular.
Creo que la cara de boba que puse,la notaron todos los presentes porque mantenían fija su vista en mí y todos comenzaron a cuchichear quién sabe que, me era imposible saber de qué tanto hablaban, me sentía desnuda y vulnerable ante tantas miradas.
En fracción de un segundo volvieron a sus que haceres, como si yo no hubiese llegado, fue el momento más incomodo que me había pasado en la vida.
De pronto una voz chillona, habló a mis espaldas.

-hola Jaden.-y como un insecto se le pego al cuerpo, abrazándolo.
Él tan solo la apartó de inmediato.

-hola Lia, te presento a mi acompañante, su nombre es Scarlett.