- Me encuentro en la peor situación de mi vida: Mi hermana no tiene sus poderes y está amarrada hundiéndose en el mar, morirá ahogada si no actúo rápido. Mis otras dos hermanas están en una jaula de espinas que se clavan en su piel mientras la basta...
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Bhumi
— Ya deben irse a la escuela. — Avisa Melek mirando el reloj. — Tienen quince minutos para llegar.
— Eso no es problema para mí. — Habla Vaiu saliendo de la casa con su mochila lista para emprender el vuelo.
— ¡Oh! Vaiu, querida no creo que sea buena idea que llegues volando a la escuela. - menciona Melek con una falsa sonrisa. — Vas a asustar a los demás y a dejar al descubierto tu identidad y no queremos eso ¿verdad que no?
— Uh, no. — responde ella.
— Excelente, mantengan los pies en el suelo. Recuerden sus nombres encubierto y traten de controlar su ira. — Al decir esto último miró a Agni y ella frunció el ceño.
— ¿Acaso seré la única que se vuelva bastante peligrosa si pierde el control? — cuestiona mirándolo de mala manera.
— Dejame pensarlo... Sí. — Respondió, como si lo que estuviese diciendo fuera bastante obvio, Agni rodó los ojos y tomó su mochila. — Tengan cuidado y aprendan mucho, las veré luego.
— Diviertete Melek. — le dije dándole un corto abrazo como despedida. - Recuerda que esta también es tu casa.
— Gracias Bhumi. — me sonrió.
Todas salimos de casa y emprendimos el viaje a la escuela, ya nuestros padres nos habían enseñado el camino así que pudimos llegar sin ningún contratiempo.
— Estoy nerviosa... — susurra Yala.
— Tranquila estaremos juntas. — hablé poniendo mi mano en su hombro.
Eso pensamos hasta que al entrar a la escuela nos dimos cuenta de que caímos en salones diferentes, al sonar la campana entramos a nuestras respectivas clases, a mí me tocaba Matemáticas. No quería llamar mucho la atención así que me senté en el último pupitre de la última fila y saqué uno de mis cuadernos para hacer un garabato en la página de atrás por mientras.
Había escándalo en el aula y todos estaban hablando hablando con un compañero, justo a mi lado había un chico que parecía muy concentrado en lo que estaba haciendo. Tenía unas facciones que me parecían simplemente hermosas.
— Hola. — le saludé con una sonrisa, pero tardó unos segundos en percatarse de que le había hablado a él.
— ¡Oh! Lo siento es que estaba ocupado con este problema de matemáticas, hola. — Me sonrió. — Eres nueva ¿Verdad?
