Una chica llamada Flacky, la cual tiene muchos problemas de socialización, tiene que mudarse a una nueva ciudad por problemas económicos. Por suerte su mejor amigo, Jason, ya se había mudado a esa ciudad hacía dos años. El cambiarse de ciudad tambié...
Pasó una semana y no pude olvidar lo del beso, tampoco volví a saber de Nutty, eso me deprimió un poco. Como me acababa de despertar me fui a mi baño y me di una ducha, luego me cambié de ropa y baje las escaleras dirigiéndome a la cocina para poder desayunar. Cuando terminé de comer vi la hora y era tarde, así que subí a mi habitación, busque mi bolso y agarré mi teléfono. Bajé, me despedí de mi mamá y me fui a la puerta de entrada para ir al colegio. Debo admitir que estaba nerviosa. Yo no conocía a nadie de ese instituto y estaba insegura de que no iba a lograr hacer amigos nunca, que iba a estar sola siempre, por eso me decidí cambiar. Se que iba a ser dificil, pero lo iba a intentar. Cuando llegue al cole noté que había mucha gente a mi alrededor, todos llegaban con sus grupos de amigos y yo, era la única que estaba sola. Empecé a imaginarme a mi llegando así, pero las probabilidades de que eso pasara eran de una en un millón. Realmente estaba desanimada. En ese entonces, mientras estaba parade en medio del camino metida en mi mundo, sentí como alguien chocaba conmigo y logré mirar como sus libros caían al suelo. Me quedé parada como si nada, estaba tan nerviosa, sabía que después de eso me iba a decir algo, y porsupuesto yo no sabría que contestar. En eso la persona me dijo:
- ¡Oye! - Yo me quedé callada.
- Oye niña, ¿Me estás escuchando? - Me preguntó.
- Eh, ah yo emm... - No sabía que contestar, estaba super nerviosa.
- Oye niña, te estoy hablando ¡Responde! - Me gritó enfurecido.
- Yo... eh, l- lo siento... - Respondí nerviosa.
- Más te vale, pedazo de inútil... - Después de decirme eso entró al instituto dándome la espalda, pero yo ni siquiera lo miré. Tal vez sea torpe, pero una cosa es cierto, no me tenía que haber hablado de esa manera. Sus comentarios me hicieron perder el ánimo. Que chévere, mi primer día de escuela y ya me insultan, que emocionante... Derrepente sentí que alguien me estaba mirando, levanté la mirada y vi al mismo chico. Seguía caminando, pero antes no me había fijado que su camisa y su chaqueta estaban llenas de sangre, y que también llevaba un rifle en la mano apoyado en la espalda. Me quede en el sitio yo, yo no podía creer lo que estaba viendo, y encima su mirada, su mirada no parecía la de un chico normal y corriente, parecía... parecía...
- ¡¿Y tú que miras?! - Me preguntó con un tono que daba miedo.
- Yo, eh n-nada... ah - No me salían las palabras. En eso su mirada cambió. Ahora me estaba mirando de una manera... escalofriante.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Sentí, sentía que algo malo iba a pasar, yo... necesitaba salir de allí. Ni siquiera lo pensé dos veces y salí corriendo lo más rápido que pude hacia la cabina de seguridad de la entrada del colegio, pues me parecía raro que hayan dejado entrar a un estudiante con un arma. Al llegar vi que la puerta estaba medio abierta, llamé al policia pero nadie me contestó. Así que me decidí abrir la puerta y entrar para buscarlo, pues la vida de los estudiantes del instituto estaba en mis manos. Cuando entré vi todo lleno de sangre y unas piernas que sobresalían debajo de una mesa. Estaba aterrorizada, no podía creer lo que estaba viendo. Empecé a dar pasos lentos hacia atras cuando sentí que choque con alguien. En eso sentí que su cara se acercaba a mi oreja y me susurraba:
- Ya-te-en-con-tre - Y derrepente esbozó una pequeña risa, la cual hizo que me quedara completamente inmóvil. Estaba muerta de miedo, mi cuerpo ya no respondía, no había una salida y eso era lo que me atemorizaba mas. Estaba encerrada con ese chico, estaba segura de que era el. Ya no había duda, me había involucrado en algo que hubiera preferido no verlo nunca...
