Es una sensación extraña la que se siente cuando te rechazan, ¿verdad? Es como que tu corazón quisiera dejar de latir, esconderse bajo miles de corazas que lo protegieran de todo el mundo y simplemente empiezas a sentir vacío. Tener el corazón roto.
Y eso me aterra.
Así que te miro desde lejos, mientras vas con ella del brazo, su pelo rosa ondeado por el viento, vuestras manos entrelazadas, con grandes sonrisas -¿quién diría que puedes sonreír de esa manera a otra persona que no fuera a mí, tu confidente?-, listos para vuestra cena de aniversario.
-Sigo pensando que dejarlo con el Usuratonkachi no es buena idea.- Dices, un tono áspero impregnando cada palabra, yo solo ruedo los ojos y finjo reír.
-¿Con quién va a estar mejor que conmigo, teme?- El dolor está escondido, tan pero tan profundo que nadie lo nota.
-Con cualquiera, hasta con el perro.- Sakura le golpea el brazo y yo vuelvo a sonreír sin ganas.
-Venga, vámonos ya que llegaremos tarde, Sasuke-kun.- Vuestras manos vuelven a unirse, mientras salís por la puerta y yo vuelvo a preguntarme porqué soporto esto. Y me encantaría decir que es porque me gusta veros a ti y a Sakura felices, o porque tu felicidad es lo más importante para mí.
Pero mentiría.
Es porque... estoy vacío.
No hace falta un rechazo para tener el corazón roto.
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Drabbles.
Fanfiction{Drabbles}. Historias cortas, la mayoría sin relación entre ellas, de cualquier pareja y situación. (Pueden dejar peticiones en los comentarios, o mandándome un mensaje privado).