22. Ayuda en el estudio

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Realmente mi "preocupación" era ese sentimiento de impotencia que tenía yo al escuchar lo que me dijo "papá". Pasé una buena tarde con mamá e incluso ella me preguntó por si quería alguna mascota.

-Hm... Un gato.

-¿De que color?

-De esos que tienen una parte grande de color negro y otra parte de color blanco.

-Ah, ya se. ¿Quieres que vayamos hoy?

-Bueno... mañana voy a estar en el estudio. No quisiera tener que irme el mismo día y dejarlo solo.

-¿Y si reservamos uno? ¿Para que te lo lleves el lunes por la tarde, o mejor el martes?

-Mejor el martes.

Asiente con la cabeza sonriendo, vemos una peli y nos vamos a la tienda de animales. Mamá ya fue pidiendo y yo me quedé por la zona felina. Había un gato de las mismas características que pedí que me estaba resiguiendo con la mirada. Me agaché, puse la mano en la jaula y el se restregó en mi mano, me reí un poco, maulló y me lamió un poco cómo símbolo de cariño.

-¿Puede sacarlo?

El dependiente asiente con la cabeza sonriendo, abre la jaula y me lo da.
Sonreí bastante feliz y mi madre dice:

-¿Lo quieres? No te preocupes que ya lo cuidaré mañana y ya te lo podrás llevar.

Asiento con la cabeza y digo sonriendo:

-Me lo quedo.

Vamos a la caja, le compramos una maletita para casa, su cama, comida, arena para sus cositas, collar y de paso le bañamos en la propia tienda.

-Pediremos cita con el veterinario para la otra vacuna y más.

Sonreí y el dependiente me dice:

-¿Cómo quiere llamar a este señorito?

Río y digo:

-Mittens. Le voy a nombrar Mittens.

Él asintió y me dió una M pequeñita de color azul con diamantitos pequeños para su collar. Más tarde, nos lo llevamos y mamá me acompañó a casa. Mittens fue conociendo diferentes rincones de su nuevo hogar, por no decir que también conoció el hogar de mamá.

-Es un gato muy dulce.- dice mamá.

-Y muy querido.- digo abrazando a Mittens.

Cené con mamá, me despedí de ella y me quedé estirado en el sofá con Mittens. Le dejé la comida y el agua y me fui a dormir. Mittens me siguió hasta la habitación y digo:

-Está bien... Te traeré tu cama pero sólo esta noche, ¿sí?

Le acaricié, llevé su camita a mi habitación y cerré las luces.

A la mañana siguiente, Krei vino justo a las 10am.

-Ya sabes que soy puntual.

-Bueno... depende.

Me mira mal y digo:

-Eh... Mira, te voy a presentar a Mittens.

-¿Un nuevo compañero de piso?

Asiento con la cabeza y digo:

-¡Mittens!

Oímos un cascabeleo acercarse y Krei dice:

-¿Que es ese sonido?

-Mittens.- Mittens sale por la puerta de la cocina y maulla al vernos. Le cojo y Krei se aparta un poquito.-Tranquila que no araña.

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