Realmente mi "preocupación" era ese sentimiento de impotencia que tenía yo al escuchar lo que me dijo "papá". Pasé una buena tarde con mamá e incluso ella me preguntó por si quería alguna mascota.
-Hm... Un gato.
-¿De que color?
-De esos que tienen una parte grande de color negro y otra parte de color blanco.
-Ah, ya se. ¿Quieres que vayamos hoy?
-Bueno... mañana voy a estar en el estudio. No quisiera tener que irme el mismo día y dejarlo solo.
-¿Y si reservamos uno? ¿Para que te lo lleves el lunes por la tarde, o mejor el martes?
-Mejor el martes.
Asiente con la cabeza sonriendo, vemos una peli y nos vamos a la tienda de animales. Mamá ya fue pidiendo y yo me quedé por la zona felina. Había un gato de las mismas características que pedí que me estaba resiguiendo con la mirada. Me agaché, puse la mano en la jaula y el se restregó en mi mano, me reí un poco, maulló y me lamió un poco cómo símbolo de cariño.
-¿Puede sacarlo?
El dependiente asiente con la cabeza sonriendo, abre la jaula y me lo da.
Sonreí bastante feliz y mi madre dice:-¿Lo quieres? No te preocupes que ya lo cuidaré mañana y ya te lo podrás llevar.
Asiento con la cabeza y digo sonriendo:
-Me lo quedo.
Vamos a la caja, le compramos una maletita para casa, su cama, comida, arena para sus cositas, collar y de paso le bañamos en la propia tienda.
-Pediremos cita con el veterinario para la otra vacuna y más.
Sonreí y el dependiente me dice:
-¿Cómo quiere llamar a este señorito?
Río y digo:
-Mittens. Le voy a nombrar Mittens.
Él asintió y me dió una M pequeñita de color azul con diamantitos pequeños para su collar. Más tarde, nos lo llevamos y mamá me acompañó a casa. Mittens fue conociendo diferentes rincones de su nuevo hogar, por no decir que también conoció el hogar de mamá.
-Es un gato muy dulce.- dice mamá.
-Y muy querido.- digo abrazando a Mittens.
Cené con mamá, me despedí de ella y me quedé estirado en el sofá con Mittens. Le dejé la comida y el agua y me fui a dormir. Mittens me siguió hasta la habitación y digo:
-Está bien... Te traeré tu cama pero sólo esta noche, ¿sí?
Le acaricié, llevé su camita a mi habitación y cerré las luces.
A la mañana siguiente, Krei vino justo a las 10am.
-Ya sabes que soy puntual.
-Bueno... depende.
Me mira mal y digo:
-Eh... Mira, te voy a presentar a Mittens.
-¿Un nuevo compañero de piso?
Asiento con la cabeza y digo:
-¡Mittens!
Oímos un cascabeleo acercarse y Krei dice:
-¿Que es ese sonido?
-Mittens.- Mittens sale por la puerta de la cocina y maulla al vernos. Le cojo y Krei se aparta un poquito.-Tranquila que no araña.