Secreto

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Si había salido temprano en la mañana era porque tenía que hacer sus pendientes.

- Justo cuando necesito derrotar una de estas molestias DESAPARECEN. - Saitama murmuró con desaliento mientras miraba bajo las rocas de un parque. - ¿¡Donde se esconden!?

Aquél grito desorientó al ciclista que pasaba cerca de él mientras paseaba por el parque, haciendo que su cara fuera a estrellarse directamente al pavimento, Saitama se apresuró con en aquél sentimiento de culpa a levantar al extraño.

- Lo siento hombre, la verdad es que voy teniendo un mal día y tal vez se me zafó un tornillo... - haciendo una pausa incómoda se dirigió a ver el rostro del joven que apenas y se podía parar - ¡Te conozco! Eres... ehhm... ¿Licencia sin bicicleta? ¿Momento de Rodar?...

- Mumen Raider, Saitama, y también me alegra verte - dijo sacudiéndose el polvo de la caída. - Yo creo que también voy teniendo un mal día, iba atrasado al trabajo pero supongo que ya no llegaré... - soltó con una terrible voz de derrota.

"Mierda, y pensar que ya le voy cagando el día tan temprano a alguien más" su rostro se arrugo como si hubiera succionado un limón - Trabajo... ¿Acaso no eres héroe a tiempo completo? - recién tomando en cuenta lo que había dicho.

- Es mi deseo, pero no podría sustentar mi vida con eso, ¡Encima de eso, tengo que arreglarmelas para hacer un acto heroico a medio tiempo antes de la fecha límite!

Recordando que él mismo se encontraba en la misma situación - ¡Mi plazo se cumple mañana y no he encontrado ningún maldito! - Saitama exclamó totalmente desolado.

Ahora ambos tenían los ánimos por debajo del mismísimo inframundo.

- Soy un desastre Saitama... Creo que mejor debería ir a casa y cambiarme...

- Oh, ¿Me puedes acercar?
- Si ¿Porque no?, mientras más peso lleve, entreno más.
- Oye, no estoy gordo. - dijo refunfuñando mientras se subía - Si hago dieta AHORRARÉ MÁS - Sabes, das buenos consejos debes en cuando.
Mumen Raider solamente siguió pedaleando - Tal vez en calor extra que le llega a la cabeza le empieza a afectar...

No les tomó mucho tiempo llegar al hogar de Raider, entro, cambió de atuendo y se dirigieron a la entrada de ciudad Z. Bajando de la bici con una gracia propia de él, Saitama tropezó con su capa y cayó tumbando la pobre veterana bicicleta.

- ¿¡Por qué cada vez que estoy cerca tuyo termino en añicos!? - sollozó.
- Ah, si si... Bueno, me voy.
- ¡Tu no entiendes el sufrimiento, bendito insensible! - PORQUE DE REPENTE ESTO PARECE UNA PELEA DE PAREJA - simplemente agarro su bici y empezó a pedalear.
- ¡¿Como que no lo conozco?! - gritó mientras apuntaba su calva.

Para su mala suerte, Raider logró ver con claridad el destello de su vulnerable rostro (que no tenía fin ni comienzo), con el destello de su calva.

- ¡Solo compra una peluca! - gritó mientras levantaba su pulgar hacia el horizonte, acelerando a toda velocidad para evitar que un proyectil lo alcanzara.

Saitama pasó congelado 20 minutos.

Entró a su departamento, salió con otro ropaje que rogó que lo hiciera irreconocible, y se dirigió con rumbo a un supermercado.

Solo él sabía que después de hacer las compras iría a una peluquería.

¡No hay lugar para cobardes!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora