—Joder, que frío —dice tiritando Alexis.
En realidad, se llama Alexandra, pero a ella le gusta que le llamen Alexis.
—Ya ves, estoy deseando llegar a mi casa.
Hemos estado toda la tarde con varias amigas más por ahí, ahora son las 11 de la noche y ya estamos volviendo a casa, es invierno por lo que hace un frío enorme.
—Estoy segura de que si me pusiera a mear aquí se congelaría el pis —sigo diciendo.
Alexis se ríe.-Y el chichi también, ¿no crees? -ambas nos reímos ésta vez.
Llegamos al cruce donde tenemos que separarnos, su casa es por la derecha y para la mía tengo que seguir recto.
—Bueno pequeña Kyla, ¿mañana quedaremos otra vez?
—Pues, supongo, ahora lo dirán por Whatsapp.
—De acuerdo, bueno, ahora hablamos —nos damos dos besos a modo de despedida y cada una va por su lado.
Sigo por la calle recta hacia abajo, mi casa se ve al fondo.Por las calles no suele haber mucha gente, y en una noche como ésta menos, están desiertas y algunas luces están fundidas.
De repente unas luces empiezan a parpapregunto de reconocerlo, me asusta, así que acelero el paso. Sólo quiero llegar a mi casa.
Ya puedo verla mejor pero algo está fuera de lo normal; nuestro coche familiar está fuera, con las luces encendidas. Me acerco.—¿Mamá? ¿papá? ¿Qué hacéis aquí fuera?
La puerta de atrás se abre y mi hermano mayor me coge del brazo y me tira dentro del coche. Mi madre arranca y vamos hacia la carretera general.—¡Mamá! ¿Qué pasa? ¿dónde vamos? No entiendo nada de lo que está pasando.
—Tenemos que irnos ¿vale? Me encantaría explicártelo pero primero hay que ponerte a salvo —dice mi madre sin apartar la vista de la carretera.
—¿A salvo de qué? —pregunto más alto de lo que esperaba.
Y, como si estuviera planeado, veo a lo lejos como una especie de cohetes caen del cielo hasta estrellarse en el centro de la ciudad, acompañado de un gran estruendo que hace temblar todos los edificios.—¿¡Qué acaba de pasar!?
Pero nadie me responde, mi madre se limita a acelerar.Empiezo a escuchar coches de bomberos, ambulancias y policías, además de gente corriendo y gritando.
Y, entonces, otra bomba, esta cae justo en el edificio más alto, haciendo que tiemble como un flan para después caer y destruir casas y aplastar a cientos de personas.
Parece una película de terror, no puedo evitar temblar de miedo.
Atravesamos el centro de la ciudad a toda velocidad, no lo entiendo ¿por qué harían esto? Hay hombres y mujeres vestidos de negro, tienen la cara tapada con una máscara de gas: disparan a todas las personas sin tener piedad alguna ¿cómo pueden tener tanta sangre fría?
Conseguimos alejarnos un poco, pero entonces, ocurre mi mayor miedo.
Otra bomba.
Cae a unos cuantos metros de nuestro coche, pero la onda expansiva es lo suficientemente grande para alcanzar nuestro coche.
Todo ocurre en apenas unos segundos, pero para mi es como si se pusiera todo a cámara lenta.
Primero es la luz, blanca y cegadora, después los oídos empiezan a pitar tan fuerte que empiezo a dudar de que mi cabeza estalle, y después, el movimiento por culpa de la onda.
El coche empieza a dar vueltas de campana, mis padres y mi hermano están gritando, y yo también. Se siente como si estuviéramos metidos en una lavadora.
En una de las vueltas me doy un cabezazo contra el techo del coche.
Y esto es lo último que recuerdo antes de la oscuridad y silencio absoluto.
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Save Me
ActionOlvida que esto es una historia, vamos, inténtalo y métete en ella. Imagina que una noche vuelves a casa tras dar una vuelta con tus amigas, y, de repente, empieza la guerra. Te ves obligada a luchar por sobrevivir, ya que sí, van a por ti. Tus pad...