INFERNUM (sasusaku)

CHAPTER 14

-¡¿HAZ HECHO QUE?! ¡ERES UN IMBÉCIL! ¿¡TIENES UNA PUTA IDEA DE LO IMPORTANTE QUE ES ELLA PARA NOSOTROS?! ¡TE ODIA, NO DUDES DE ESO!- la voz de Itachi se escuchaba por toda la estancia, inclusive con la puerta cerrada los gritos podían escucharse a buena distancia.

Lucifer se encontraba irritado sentado en un trono escuchando el sermón de su hermano, odiaba que hiciera tanto escándalo. Itachi disparaba chispas por los ojos, quería golpear a su hermano por su estupidez, como siempre, hacia lo que le daba la gana, por impulso y sin pensar en las consecuencias.

-¿Y qué piensas hacer?, preguntó Itachi después de calmarse y pensar que empeoraría las cosas si terminaba matando a su pequeño y estúpido hermano.

Lucifer se mantenía callado, después de un prolongado silencio dijo:

-No le pediré disculpas, no me rebajaré a tan bajo nivel como el de los humanos- mantenía ese orgullo y enojo como todo un machista.

-No me interesan los humanos y sus niveles, le pedirás disculpas, ahora, la invitarás a cenar y lo harás, ¿De acuerdo?, ahora actúa como un demonio educado y ve con ella. 

Itachi abandonó la estancia y lo dejó solo con su orgullo pensando en si era correcto o no, se levantó y con el porte de la realeza, infló el pecho y se dirigió a la habitación de su molesta salvación.

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-Con su permiso majestad, me retiro- dijo Terénn mientras salía por la puerta.

Después de la historia de Lucifer podía entender su forma de comportamiento, pero eso no quitaba que era un idiota. Miré las flores que me había traído el consejero aquella mañana, eran muy bonitas y dejaban impregnadas el olor a tierra mojada por toda la habitación. En ese momento la puerta se abrió y pensé que era Terénn, esbocé una sonrisa pero desapareció cuando vi entrar a Lucifer, había pasado un mes desde que no veía su rostro, sus rasgos de porcelana, esos ojos inexpresivos y llenos de odio, sus labios fruncidos que sostenían un cigarrillo y su cabello azabache perfectamente acomodado, tenía puesto unos jeans viejos y desgatados, solo eso. Se sentó a lado mío y soltó una calada de su cigarrillo, parecía frustrado por algo, sus cejas estaban fruncidas y los minutos en silencio pasaban.

-Necesito hablar contigo, esta noche- dijo mientras miraba con enojo hacia la pared.

-No, dije sin pensarlo.

-No se trata de que quieras o no, te recogeré a media noche- seguía mirando a la nada.

-¿Por qué me has traído aquí?- pregunté viendo el cigarrillo.

-Porque te necesito, no te diré más- calló un momento- pero lo que te puedo decir es que ese demonio con espada también te necesita, con urgencia, deseo y amor, ésta enamorado como un idiota de un ser tan poca cosa como tú, y si estás pensando como lo sé, fácil, se siente en su aura, no tiene alma y a cambio tiene aura- sonreía como si el saber que alguien podía enamorarse fueran un chiste tan amargo.

-No me interesa- mis palabras causaron efecto en él.

Tal vez pensaba que yo también correspondería a sus sentimientos o algo por estilo, pero la verdad era que no, no necesitaba nada relacionado con eso, no necesitaba a alguien a mi lado, no necesitaba querer a alguien y que me correspondieran, necesitaba respuestas a mis preguntas, necesitaba salir de esta confusión, necesitaba saber porque yo...

-Como sea, no me interesa como estes en media noche, dormida, despierta, desnuda, vestida, en pijama, de todas maneras me verás parado en esa puerta.

Se levantó y se dirigió a la puerta, se paró un momento dudando en si decir algo más o no, al final solo se marchó sin mirar atrás.

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