•Domingo•
[Sara]
Día domingo, y mañana lunes otra vez. Ahh...la vida es injusta, después de todo es abril y falta poco para que sea julio y lleguen las benditas vacaciones de invierno.
Siento la pesada respiración de Celeste que durmió a mi lado anoche, estiró sus patas acostada y se quedó inmóvil de nuevo.
—¿Qué hora es? —me giro intentando abrir mis ojos para mirar el reloj que está sobre el velador junto a mi cama—. Maldición, son las nueve recién.
¿Por qué a mí? No podía despertar a las once y media tenía que ser a las nueve. Me giro de nuevo y abrazo a Celeste, parece un peluche muy suave.
Me quedo dormida nuevamente y sueño algo extraño: era yo saliendo del liceo y viendo a un chico muy guapo de ojos verdosos y estatura alta, su mochila traía el cierre medio abierto y dejaba a la vista un polerón negro con capucha; No cabía duda era el chico ladrón. Todo este tiempo lo tuve cerca y no me dí cuenta. Él me mira, se acerca a mi y...
—¡Bip bip! ¡Bip bip! —instintivamente golpeo mi celular.
—Maldita alarma —digo somnolienta. Ahora no sabré lo que me iba a decir.
«Pff claro, como si tus sueños se hicieran realidad.»
—No recuerdo haber puesto alarma —mi vista aún dormida intenta enfocar para ver los números del reloj.
— ¡¿Son las una con trece?! —digo exaltada y levantándome con velocidad, tanta que termino tropezándome con las sábanas y con el grito de un pobre gato asustado.
—Perdón Celeste, no era mi intención asustarte —dicho esto asomo mi cabeza al pasillo.
— ¿Hola...? ¿Alguien con vida? —no hay respuesta alguna. Al parecer no hay nadie, cierro la puerta y me siento en mi cama.
—Seguramente mamá y Clara salieron de compras sin mí —le hablo a Celeste, que me miraba fijamente prestando atención a mis palabras.
« Sí, le habló a mi gato y qué »
—Maw —recibo un maullido de respuesta.
—Tú si me entiendes, por eso te adoro —digo acariciando la cabeza del felino.
— ¡SA-RA! —sólo ese grito bastó para mandarme devuelta al suelo de mi pieza— ¡Maldita sea! —Me levanto y miro por mi ventana, la abro para poder hablarle al ser humano allí abajo.
—Maldito idiota te pegaré una patada en el trasero cuando baje.
—Si como no, te lo puedo devolver peor... Y lo sabes —estúpido Patrick, asustándome en la mañana.
— ¿Es una amenaza? —dije alzando una ceja
—No preguntes lo obvio
—No preguntes lo obvio —digo con voz de anciana gruñona, esperen, verdad que eso soy yo.
—Oye gruñona, ¿hay desayuno? —Sonríe, odio su tonta y boba sonrisa.
— ¿No te rindes nunca, verdad?
— ¿Qué hice ahora? —dijo el castaño.
—Pasa tonto, por suerte recién voy a desayunar —dije apartándome de la ventana para vestirme.
— ¡Ya somos dos! —es lo último que alcanzo a escuchar.
Jeans, una polera morada con un dibujo de llave de sol en el medio y no olvido rocíar en mi cuello un poco de mi colonia favorita.
Bajo las escaleras y fui a abrirle la puerta a Patrick— Hola de nuevo —dice él sonriendo.
—Hola feo —Dije haciéndome a un lado para que pasara.
—Traje miel —dijo dejando sobre la mesa del comedor un recipiente.
— ¿Para? —fruncí el ceño.
—Para crear un panal de abejas —lo miro fijamente—, pues para el desayuno que más va a ser —dijo caminando a la cocina, lo sigo.
—Dijiste que tenías desayuno.
—Tenía... ayer —sonreí y él no duda en lanzarme una mirada asesina.
—Sara Collins...
—Patrick Anderson...
—Oficialmente te odio —termina la frase el castaño.
—En realidad lo dije para que me ayudaras a hacerlo —digo y le muestro la lengua.
—He sido horripilantemente engañado —se tapó la cara con ambas manos simulando llorar, me reí con ello.
«Perdón, pero es muy mal actor a veces»
—Sólo hay que cocerlo y listo —dije dejando las dos pequeñas masas de pizza dentro del microondas.
(...)
—Alabado sea dios por darme pizza en la mañana —comenta Pat fascinado con el queso derretido y el buen olor que despide la comida.
—Deberías darme las gracias a mí, no a dios —comento antes de darle una mascada a la comida.
—Perdóneme madame, gracias por el desayuno que YO preparé con esfuerzo.
—Sólo lo calentaste en el microondas, Pat —lo miro y sonrió.
—Al menos a mí no se me olvidó enchufarlo —atacó orgulloso de su “gran” hazaña.
—Bien bien, pero igualmente sólo lo calentaste en el microondas.
—Pues eso ocupó el cincuenta porciento de mi fuerza vital, eso es demasiado para un simple mortal.
— ¿Entonces eso significa, que sólo nos quedaremos viendo películas en el sillón todo el día?
—Has leído mi mente linda —sonrío. Patrick hace mis días más divertidos no sé que haría sin él, me saca de mis problemas y los convierte en lejanos recuerdos, haciendo que los mejores momentos sean aún mejor con su presencia y obvio sus bromas.
Sus TAN...infaltables bromas.
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•¡Gracias por leer!
Espero mantengan su bolita de paciencia intacta para esperar otro cap, ¡hasta pronto! >U< ❣️
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Black [Editando]
RandomÉsta historia no se trata de cómo Black se vuelve un ladrón con experiencia suficiente como para vagar por las calles solo y obtener un buen botín al final del día. Ni de cómo llegó a las manos de una peligrosa pandilla, tampoco de sus problemas per...