-Estas hermosa –Comentó mi amiga cuando terminó de maquillarme.
Me giré sobre mis talones y caminé hacia el espejo que se ubicaba en una esquina de mi habitación. Cuando me observé en él, no podía creer que la que estaba frente a este, fuera yo. Mis botas cortas marrones con flecos me hacían lucir bastante esbelta por lo alto que eran, me hacían juego con mi falda color salmón y mi suéter blanco, mi cabello estaba recogido firmemente en una cola alta dejando lucir el color castaño de este. Mi rostro estaba levemente maquillado, tenía un poco de sombra marrón claro sobre mis parpados y un poco de rímel sobre mis pestañas, mis mejillas estaban ceñidas de un rosa natural y mis labios llevaban escaso brillo.
-Kel... esto es demasiado –Hablé cuando se acercó a mí.
-¿Qué? ¿No te gusta? ¡Sabía que debía optar por un vestido! – Vociferó alzando las manos y dejándolas caer en modo de frustración.
-No, Kelly, has hecho un maravilloso trabajo, me encanta, yo me refiero a que esto –señalé mi vestuario- es demasiado para una simple noche de pizzas.
-Una simple noche a la que saldrás con un chico-Rodó los ojos.
-Un chico el cual ya tiene con quien salir –Corregí.
-¡Pero que a ti te gusta! –Exclamó.
Me quedé perpleja mirándola, e hice una mueca de rendición con mis labios.
-Ya, perdona, solo quiero que lo deslumbres esta noche, ¿bien? –Comentó sonriéndome.
-Bien.
Desde aquel día que salí molesta del instituto, Kelly me hizo un interrogatorio de mi supuesto enfado, le comenté de mis florecientes sentimientos hacía Kol, y por suerte me supo comprender bastante bien.
El timbre sonó irrumpiendo mis pensamientos, mis nervios estaban a flor de piel, y mi pulso se aceleró.
-¡Kelly! ¿Huelo bien?
-¿Qué si qué?
-Que si huelo bien –Dije acercándome a ella.
-¡Uff! ¡Hueles a mierda! –Soltó alejándose.
-¿Qué, que?
Kelly comenzó a reírse y la fulminé con la mirada.
Me despedí de mi amiga, y esta me hizo un ademán con la mano en forma de saludo a la vez que me guiñaba un ojo.
Bajé las escaleras de dos en dos tratando de no caerme por lo nerviosa que me encontraba. Me paré frente a la puerta y tomé una bocanada de aire para luego así soltarla en forma de suspiro. Al abrirla me encontré a Kol con su cabello en estilo despeinado, que lo hacía lucir realmente bueno y sus manos se encontraban en sus bolsillos traseros, vestía una camisa color maíz bastante ceñida marcando su dotado cuerpo y sus tejanos eran negros y caídos.
Su vista subía de arriba, abajo, observándome.
-Hola –Habló al fin y siguió con sus ojos clavados en mí.
- Hola –Dije haciendo una pausa -¿Te gusta? –Pregunté señalando mi vestuario, ya que su mirada me estaba intimidando bastante.
-Si –Respondió inseguro.
-No te gusta... -Susurré mirándolo fijamente.
Pude observar que su mandíbula se apretó y colocó un brazo detrás de su cuello rascándose nerviosamente.
-Estas demasiado... bonita. –Dijo fríamente. –Espero que eso no traiga problemas luego.
¿Problemas? ¿Qué tipo de problemas?
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Desafíame
Teen Fiction-¡Jesús, María y José!, eres tan sexy!, ¿Aun no te has dado cuenta? -Natasha, Natasha, Natasha, eres tan complicada. (No se permite copia ni adaptación de esta historia).