Parte 6

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11 de Enero de 1944

San Francisco, Estados Unidos

En cuanto llegué a tierra me reuní con mi familia. Con Seth tuve un encuentro pasional que nos urgía después de meses separados, también fue una despedida ya que su escuadrón fue llamado para participar de nuevo en la batalla.

Seth tenía conocidos que sabían japonés, al fin pude saber todo el contenido de la carta. Decía que: si él me hubiera matado se daría la tarea de averiguar mi nombre e investigar sí tenía familia, pagar los estudios, comprarles una casa y mantenerlos. El mensaje llegó a mi corazón desde el momento que lo leyeron, estaba trabajando en una fábrica de acero para ahorrar dinero para viajar y encontrar la posible familia de ese pobre hombre que tuvo que encontrar conmigo.

Aunque juntara una gran cantidad de dinero, aún no podía viajar a causa del conflicto entre las naciones.

Hasta ese entonces esperaría hasta que concluyera la guerra, sea cuál sea el resultado.




25 de Julio 1945

San Francisco, Estados Unidos

Con más de un año trabajando en esa fábrica ya había reunido una cantidad suficiente para poder mantener a una familia pequeña por varios meses. Estaba preparándome para ir a Japón.

Al escuadrón de mi hermano se le había asignado escoltar al escuadrón de bombardeo 393d, y proteger al avión portador de la bomba nuclear el Enola Gay. Según esa información era secreta pero mi hermano decidió contárnosla a nosotros, su familia. Mi madre estuvo de desacuerdo pero mi hermano no podía abandonar su misión, él era el capitán.




09 de Agosto 1945

San Francisco, Estados Unidos

La segunda bomba nuclear había sido detonada en Nagasaki. Cuatro días antes en Hiroshima había detonado la primera.

Según el teniente Smith con esos bombardeos Japón quedaría sin nada que hacer y se rendiría. Y así nuestro país mandaría hombres para ocupar el territorio y se firmaría el tratado de rendición oficial.

Seth y yo ya vivíamos juntos, mi madre no nos aceptó al principio, pero lo hizo después de un tiempo. En cambio Jess, no nos hablaba desde entonces. No me preocupaba mucho así era mi hermano mayor, la viva imagen de mi padre. No me importaba su opinión y la de la sociedad, yo sería feliz con Seth.



02 de Septiembre 1945

San Francisco, Estados Unidos

Oficialmente Japón se había rendido, la Segunda Guerra Mundial se había acabado, Estados Unidos ganó.

Con tratado de paz que había sido firmado entre nuestro país y Japón, estaban reclutando de nuevo y llamando a los soldados para ocupar Japón. Sin dudar me apunté necesitaba ir a Tokio, ciudad donde según la carta de Itzuki, allí vivía su familia.

Ya estaba listo con mis maletas hechas, mi madre estaba insistiéndome que no fuera ya que los japoneses podrías romper el tratado y atacarnos estando allá. Eso era imposible, los japoneses siempre fueron reconocidos porque nunca faltaban a sus promesas.

Ebisawa, ese era nombre de la familia que yo había dejado sin sostén, me ocuparía de los niños, ya que gracias a mi homosexualidad, nunca podría tener hijos, ellos sería como los míos.




 12 Noviembre 1945

Tokio, Japón

En la ciudad estaba lloviendo, el clima era frío. Las calles estaban en total ebullición. Nunca en mi vida había vista demasiadas personas transitar por las avenidas. Los soldados de mi país estaban escoltando a los residentes a sus casas, por el toque de queda. No podía salir a las calles dentro de media hora, éste no duraría más que unos cuántos días.

Sin dudar me dirigí a las oficinas de gobierno de la ciudad, pregunté por la familia Ebisawa. Había demasiadas personas con ese apellido. Pero sólo estaba una familia que no tenía padres. ¡Era la familia de Itzuki! Su mujer se había arrebatado la vida aventándose de su propia casa.

El gobierno no se hizo cargo de los niños. Me dieron la dirección de la casa, al encontrarla la imagen ante mis ojos fue tal que me partió el alma. Ambos niños estaban fuera de su casa. Ésta estaba carbonizada, un vecino estaba tratando de sacarlos de la propiedad prácticamente a patadas. En ese instante enfurecí, arremetí contra ese pobre hombre que fue víctima de mis fuertes golpes cargados con mi más grande odio.

El tipo quedó en el suelo, casi inconsciente. Limpié mis puños de su sangre con mi pantalón beige. Cargué a la niña y le dije al mayor que los iba a ayudar. Ambos tenían su cabello color negro como el de Seth. El niño llamado Yuu— según los archivos que me proporcionó el gobierno— tenía sus ojos color celeste, idénticos a los míos. La madre era de origen ruso, ella era una maldita por no soportar su dolor por la pérdida de su marido y hacerse fuerte por sus hijos.

Adopté a Yuu y Yuka, los llevé conmigo a Estados Unidos, para poder proporcionarles una vida digna, eran pequeños, con seis y tres años cada uno. Por mí y Seth esos niños serían felices.

Carta de Guerra (Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora