"Tú eras rojo y yo te guste porque era azul. Entonces me tocaste y mi cielo se volvió totalmente lila, pero decidiste que el púrpura no era lo tuyo."
Las noches de fiesta eran nuestras preferidas. Fumabamos de la misma pipa un poco de marihuana y reíamos por horas de absolutamente cualquier cosa.
Siempre me gusto ingerir cosas naturales. Al principio a ti también, pero al parecer nuestra madre naturaleza te aburrió y comenzaste a ingerir sustancias creadas por manos podridas.
Ella te hablaba, pero estabas lo suficientemente ocupado inahalando y manchando tu nariz de polvo estelar como para escucharla. La ignorabas cuando te pedía que pararas.
Ella te lo advirtió, pero continuaste ignorando las advertencias a pesar de que tu rostro ahora esta muy envejecido. Lo gracioso es que no has llegado nisiquiera a los 28 y parecer de 30, ¿te imaginas como te verás cuando llegues a esa edad?
Continuaba totalmente enamorado de ti, después de todo eras el amor de mi vida.
Te volviste gris, tu cabello, tu humo y tus sueños se tiñieron tristemente.
Te invite a dejar de lado lo podridos. Te invite a que volvieras a ser un roble grande y fuerte.
Acariciaba tu largo y rizado cabello marrón que yo tantas veces trenze cuando estábamos aburridos en la parte atrás de nuestro viejo vehículo. Amabas que tocará y acariciara tus suaves rulos, pero al parecer ya no lo prefieres.
Me gristaste cosas hirientes, ¿lo recuerdas? Yo respire hondo y sonreí mientras sólo me limitaba a asentir y repetir constantemente que no volvería a sacar el tema a la luz.
No insistí con el tema, no porque no quisiera. Pero la cocaína te tenía tan mal. Tus pupilas tan dilitadas. Casi el verde de tus ojos era consumido por el veneno.
Pensé que la batalla estaba pérdida, pero a veces llegabas y recargabas tu cabeza en mis piernas y llorabas mientras me asegurabas lo mucho que me amabas y que por mi dejarías todo atrás. Mi corazón se destruía y arreglaba constantemente.
Volvimos a fumar marihuana después de nuestras acaloradas conversaciones y nuestra galaxia otra vez estaba en sincronización. Era genial ver tantos colores y poderlos tocar junto contigo.
Es triste que la señorita estaba tan aferrada a ti y decidió que nuestra madre naturaleza no era suficiente, por lo que inclinaste tu cabeza hacía la pequeña mesa de cristal y volviste a engañarme con ella.
Oh, cariño. Mírate. Tan delgado y débil. Un aire podría empujarte y hacerte caer, pero ya es muy profundo donde te encuentras en este momentos, ¿puedes llegar aún más abajo?
Somos jóvenes y nos gusta poner nuestra vida hasta el final. Correr descalzos por la carretera después de una buena fiesta, tomar de la mano a alguien, fumar y disfrutar de buena compañía para disfrutar el pequeño granito de cáncer. Sentarte en medio de la calle y cantar tu canción favorita.
Debes escuchar. La muerte es una nueva aventura para una mente preparada, pero has llevado tu vida a excesos, ¿crees que eso es prepararte? Claro que no dulzura. Simplemente te extinguiste y consumiste como uno de esos cerillos que utilizaba tu madre para ecender la estufa.
Me gustaba tu bonita mirada que me dedicabas cuando bailaba junto al viento que jugaba con nuestros cabellos.
Ahora creo que no puedes ver más que un cielo oscuro. Ya no te puedo volver a invitar a mi cielo de colores, lo has manchado mucho, pero no te preocupes. Poco a poco estoy volviendo a colocar pinceladas lindas. Creo que estoy volviendo a ser una obra de arte, ¿crees que cuando termine sea bonito?
Harry...ahora tu cielo esta teñido de gris, pero se que despertaras y volverás a pintar tu mundo.