Ilusiones Reales (Martin Garrix & Tú)

Capítulo 8: ¿Garritsen y Yo?

—Entonces... _____ ¿Qué vas a hacer ahora?

—No sé... Supongo que aceptar la propuesta de Martijn. ¿Y tú?

—Ajá, ajá... —Arqueó una ceja 

—¿Qué? 

—Humm... ¡Nada!

(Suena mi teléfono) 

—¿Now That I've Found You? 

—Sí, ¿Qué pasa? —Contesté el teléfono— Hola, ¿Martijn?

—Sí, soy yo... ¿Estás lista para salir?

—Hmmm... Espérame un rato. Enseguida bajo.

—Está bien... —Colgué el teléfono

—¿Es enserio? ¿No te gusta Martijn y pones su última canción de tono de llamada?

—Oye, te dije que soy Garrixer. 

—Entonces... ¿Serás su novia? 

—¡No sé! y lo único que estás haciendo es retrasarme... 

—Entonces, anda... ¡Disfruta nena! 

—Gracias... 

Me dirigí a mi armario y decidí que me pondría una camiseta negra, la cual tenía dibujado un lobo. También opté por un short vaquero y unas All Stars negras. 

Al salir, me despedí de Eri y bajé tan rápido como mis piernas me permitieron.

En la entrada había una limusina negra, Martijn se bajó de aquel colosal auto.

—Aquí estoy...

—Perfecta —Interrumpió— Sube a la limusina.  

—¿Ahí? 

—No, ahí —Dijo señalando un cubo de basura. —En mis pensamientos de pura madurez. Le saqué la lengua y subí. 

—Bueno—Empezó él— ¿Qué haces en tu tiempo libre? 

Iba sentado en frente de mí... 

—Pues, ahora que estoy de vacaciones... Me dedico a mezclar canciones, hacer mashups e intentar crear alguna melodía.

—Interesante. ¿Has mezclado en vivo alguna vez? 

Lo que me estaba sorprendiendo era el tono en el que me hablaba. Tranquilo, sereno y sin nada de coqueteo.

—No, la verdad no. Tengo dieciocho pero, nunca he mezclado en vivo.

—Una pena. ¿Te importaría que alguna vez me mostraras como mezclas? 

—No he mezclado en un controlador, solo en virtual Dj.

—Te puedo enseñar a mezclar si quieres. 

—Será un honor.

—Bueno, háblame de tí.

—¿En qué sentido?

—¿Tu familia? ¿De dónde eres? 

—Mi familia... Bueno, pues soy adoptada. No se que será de mis padres.

—Lo siento.

—¡Bah! No te preocupes, eso ya es pasado. Mi familia actual es muy buena, no hay ningún punto negativo en esa parte. 

—¿Vives sola? 

—Ahora sí. 

—¿Estudias?

—Si, claro... 

—Vives en Bruselas ¿No?

—Si.

—Se que esto parece un interrogatorio...

—Hmmm... Tal vez. Está bien, ahora me toca a mí. ¿A dónde vamos? 

—Vamos a un restaurante.

—¿Queda cerca?

—La verdad no. Queda en Bruselas...

—¡¿Qué?! 

—Jajaja, tranquila. Queda aquí en Boom.

—Idiota... Casi me haces dar un paro cardíaco.

—Ese era el plan.

Puse mis ojos en blanco y sentí que el auto se detuvo —¿Es aquí?

—Sí