Capítulo 6: Esos hermosos ojos

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(Narra Carl)

Vi desde la ventana de la casa a mi papá saliendo del camper, así que decidí bajar para saber qué sucedió. Deje a Judith en su cuna y salí de la habitación.

Cuando estuve a unos metros del vehículo en donde se encontraban todos me aseguré de ver las caras para saber que no faltaba nadie, sin embargo, hubo una en especial, una bastante hermosa que detuvo mi caminar y me lleno de curiosidad.

Tenía que acercarme lo más posible hacia aquella chica alta de cabello castaño y lo único que se me ocurrió fue ir hacia donde mi papá ya que él estaba más cerca de ella. Sentí su mirada sobre mí y no pude soportarlo así que la voltee a ver. Sus mejillas se tornaron de un color carmesí cuando supo que me dí cuenta de que me miraba y quise aprovechar ese momento para saludarla, pero el tal Jesús llegó a arruinar mis planes y en cuanto la llamo "princesa" perdí todo tipo de esperanza.

-¿Princesa no me oíste?- le preguntó.

-¿Qué?- contesto ella un poco ida y con sus mejillas levemente sonrojadas.

Mi papá y yo reímos por lo bajo y eso hizo que ella volviera a su color rojo de antes.

-No te encontraba eso es todo- le respondió Jesús.

-_____ tu hermano y yo vamos a hablar con los otros para revisar algunas cosas antes de la salida de mañana. Si gustas puedes quedarte en nuestra casa.- le dijo mi padre con una sonrisa.

Esperen un momento, ¿su hermano? Dios que idiota soy.

-Muchas gracias Rick pero no quiero incomodar- dijo _____ algo apenada. Aunque yo no tenía ningún inconveniente.

-Rick ya están todos reunidos- vino a informar Maggie.

-Enseguida vamos- respondió mi papá

-¿_____ ya tiene en donde quedarse?- preguntó Maggie con un tanto preocupada.

-Pensaba que en tu casa o en la mía estaría bien- dijo de nuevo mi padre.

-¿En la mía? ¡Por supuesto!, si quieres la llevo de una vez para que descanse- dijo Maggie.

_____ solo asintió con una sonrisa. Yo hice una mueca de disgusto y tristeza. Quería que se quedará en mi casa y así poder hablarle.

-No se diga más, todos a donde se debe- finalizó mi padre.


(...)


A la mañana siguiente me desperté lo más rápido que pude. Tenía la idea de ir por _____ a casa de Glenn y mostrarle Alexandria. Tomé las galletas que me cocinó Carol ayer para compartir con _____. Los adultos se habían ido antes del amanecer y yo no tenía ninguna tarea que realizar, así que todo estaba como quería.

Al pararme enfrente de la puerta me entraron muchos nervios, ¿que rayos me sucedía? ¡solo es una chica!. Estaba apunto de tocar la puerta cuando esta se abrió de golpe dejándome hipnotizado por completo. _____ si que era preciosa.

Sus grandes ojos cafés transmitían confusión y sorpresa, y de nuevo, sus mejillas se encendieron e intento regalarme una sonrisa pero termino siendo una mueca muy graciosa.

-Buenos días _____, ¿cómo amaneciste?- le dije feliz.


(Narra _____)

Estaba realmente cansada. Maggie me había dado una habitación y en ella había un closet lleno de ropa muy linda y sencilla algunas me quedaban algo grandes pero nada que no se pueda solucionar. Decidí tomar un baño y me coloque una cómoda bata de dormir.

*

Cuando desperté no había nadie en la casa y deduje que ya se habían marchado. Me daba curiosidad conocer un poco más de Alexandria y decidí salir a explorar (y bueno, quien quita y me encuentre por ahí al hijo de Rick). Encontré en el armario una blusa a cuadros con distintos tipos de azul en manga larga las cuales doble hasta los codos, me coloqué mis jeans rasgados claros, mis amados converses blancos (que ya casi eran grises) y opté por amarrar mi melena en una cola alta.

No tenía tanta hambre así que me dirigí directo a hacia la puerta y la abrí encontrándome de nuevo con esos hipnotizantes ojos azules que me miraban bien abiertos.

Y como por arte de magia mi sangre comenzó a correr alrededor de mis mejillas e intenté formar una sonrisa, pero creo que no me salió nada bien.

-Buenos días _____, ¿Cómo amaneciste?- dijo el chico del sombrero muy feliz.

¿Por qué estoy tan nerviosa? ¡Solo es un chico!. Inhalé ondo lo más discreto que pude y proseguí a hablar.

-Buenos días- repetí. -Excelente, ¿y tú?- dije esperando que mi sonrisa saliera como tal.

-Mejor que nunca- respondió aún más sonriente. Ahhh, su sonrisa es hermosa.

-¿Esas son galletas?- pregunté al ver un topper en su mano con dicha forma. Dios mío, hace tanto tiempo que no como una. Creo que la ultima vez que lo hice fue con la Sra. Meyer, un día antes de que todo esto comenzará.

-Oh si- contestó mirando el traste. -es que vine a verte para saber si querías dar una vuelta, ya sabes, para conocer Alexandria- me dijo sonriendo de lado.

Se me hizo un gesto muy lindo de su parte y por supuesto que accedí. Cerré la puerta detrás de mí y comenzamos a caminar. Me enseño en donde vivía su famila (el grupo con el que llegó a Alexandria), la enfermería, la armería, el lugar en donde los niños jugaban, etc. Paramos en un pequeño estanque que estaba cerca de la entrada y nos sentamos en el césped que había alrededor.

-¿Que te parece el lugar?- me preguntó.

-Esta muy completo y las casas son muy grandes y algo lujosas- dije soltando una risita.

-Si, la verdad es seguro, pero nunca hay que estar demasiado confiados- comentó. - Nunca se sabe de donde puedan salir caminantes.

¿También los llaman caminantes? que coincidencia.

-No solo caminantes. Las personas son mucho más peligrosas.- dije con la mirada baja.

-Y que lo digas. En todo este tiempo nos hemos encontrado con gente que ni te imaginas en lo que los convirtió esta situación. Estaban muy mal.-

-¿Estaban?- pregunté confundida.

-Así es- dijo serio. Ya me había quedado claro a lo que se refería.

*

Nos pasamos toda la mañana en el estanque hablando de cualquier tontería, de lo que nos gusta y una que otra cosa que recordábamos de la escuela y de la vida antes de esto. También le pregunté su nombre al recordar que no lo sabía y me dijo que era Carl Grimes.

-Estas galletas le salen muy bien a Carol- dijo acabándose el pedazo que tenía en la mano.

-Realmente si. Yo solía hacerlas cuando era pequeña junto con mi vecina, sin duda las mejores del mundo.- dije con melancolía.

Carl se levanto del césped y me estiró la mano en señal de que la tomara. Tomé unos segundos en corresponderle pero al final la tomé. Al levantarme no se como demonios pise mal y estaba apunto de caerme, pero Carl reaccionó rápido y detuvo mi caída sujetando mi cintura y llevándome hacía él quedando así, en una posición de película y de nuevo mis mejillas me delataron. Como siempre.

Ambos manteníamos nuestras miradas unidas. Sus hermosos ojos azules penetraban todo mi ser y su pupila altamente dilatada reflejaba todos sus sentimientos en este momento.

¿Que me esta sucediendo? ¿Me estoy enamorando? ¿Me estoy enamorando de Carl Grimes?

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UUUUYY Esto se esta poniendo muy lindo :3

Desgraciadamente no todo puede ser color de rosa....

¡UN ABRAZOTE! :*

The Walking Dead- Conociendo Hilltop (Carl y tú)- PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora