Vidcius Roubber Hemmet

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Aquella tarde, Susan hablo con el detective, se dirigió a la oficina, la misma secretaria estaba en aquel escritorio, mismo carácter, mismo peinado, mismo color de uñas, era la misma aburrida oficina que había visto la ultima vez. El teléfono sonaba, la secretaria contesto después de que dio mas de seis sonidos, colgó y se volvió a su computador, solo se escuchaban teléfonos y teclas pulsándose, pareciese una guerra de teclas, pero Susan solo no escuchaba nada, solo su mente sola, muda.

- Susan......- apenas escuchaba su nombre.
-Susan......- se escucho más fuerte.
-¡Susan!, ¿estas bien?
- si, si, estoy bien.
- pasa.- dijo el detective abriendo la puerta de su despacho.
- siento que estas distraída Susan.
- no que va, los medicamentos hacen efectos secundarios, es todo.
- dime, soy todo oídos.

Se quedo en silencio mirando el fondo de la oficina, su mente estaba en blanco, no sabia que decir, ni por donde empezar, exhalo y apenas abriendo los labios comenzó a explicar.

- Ayer por la tarde saliendo de esta oficina, aborde un taxi, me dirigía al restaurante, tomo una calle distinta, recibí una llamada, me dijo bájate del auto, pedí al taxista que me bajase de inmediato, pero el se negó, me apunto con un arma, y un auto apareció de frente, impactamos, me golpe la cabeza, solo escuche las dos detonaciones, alguien se acerco a mi, me susurro al oído, "solo yo debo matarte Susan", y me desmaye, ya no supe que paso después, hasta que desperté en el hospital.
- esto es difícil Susan, pero creo que este hombre no parara hasta verte muerta, me imagino que debes estar hecha un manojo de nervios, ¿o me equivoco?
- Así es detective, estoy desorientada y, confundida, pero......- se detuvo y miro de nuevo al fondo de la oficina.
- ¿pero?
- Hoy fue a visitarme Adam.
- ¡¿Qué?!
- Si, desperté y estaba parado enfrente de mi, tenia el brazo lastimado, me dijo que el manejaba el auto que impacto, y por eso se lastimo.
- Eso es malo Susan, muy malo.
- ¡¿Por qué?!
- porque tengo mis sospechas, de que sea el hijo de quien estoy buscando.

Fuese lo que dijo, Susan no se impresiono, Adam había guardado muchos secretos, eso ya lo había pensado ella, podría ser el hijo de su "Guía", pero algo le decía lo contrario, algo sabia que no era cierto, pero solo eran sospechas del detective.

- ¿cree que sea el hijo del asesino?
- es una posibilidad Susan, pero creo que esto esta mas enredado que un hilo viejo.
- es bastante difícil encontrar a Adam, yo misma lo he buscado.
- te ruego que no lo busques, ni te le acerques, podría ser fatal, y podrías morir.
- créame que del que menos puede preocuparse es de Adam, el no me mataría, el "guía" me quiere matar con sus propias manos.
- no tengo duda de eso, Susan, pero es mas bien por tu protección, si te vas lejos no podre protegerte.
- es muy amable, pero de esta tengo que salir sola.

Se levanto y salió de la oficina sin decir nada mas, la secretaria la vio salir, descolgó el teléfono y tecleo algunos números. Susan tomo un taxi y se dirigió a casa, esta vez se aseguro de tomar más precauciones, esta lista por si algo volvía a pasar.

Llego a casa sana y salva, tenia que idear un plan para escapar de su "guía", pero, ¿Qué debía hacer?, eso era una pregunta clave, que ella misma debía responder, morir o asesinar, eso eran dos únicas opciones que debía pensar, eran sus dos únicas salidas de este juego maldito.

Al levantar la mirada, aquella casa tenia las luces encendidas, ella jamás las dejaba encendidas, se acerco lentamente hacia la puerta y giro la perilla, no tenia seguro, ella estaba segura de haber cerrado esa puerta al salir, decidió ir por la puerta trasera, esta seguía cerrada, tomo la llave y la abrió, entro, esa puerta daba a la cocina, sin hacer ruido se tomo el cuchillo mas cercano a ella, lo tomo con fuerza, la adrenalina que corría sobre ella iba en aumento, cada vez empuñaba el arma con mas fuerza, el sudor comenzó a hacerse presente, se dirigió a la sala, no había nadie, pero estaba echa un desorden, como si buscase algo. Subió al segundo piso sin hacer ruido, miro la habitación de su padre, de nuevo echa un revoltijo, definitivamente buscaban algo.

Reviso cada centímetro de la casa, no había nadie, solo faltaba un lugar que revisar, la biblioteca de su padre, bajo lentamente, entro a aquella habitación, estaba igual que las otras, salvo que ella había ayudado a aquel desorden, pero si faltaba algo, un libro en especial, el libro que contenía aquel mensaje que su padre le dejo, comenzó a buscarlo con brusquedad por todo la casa, no lo hallaba, se quedo en el sofá pensado donde pudo haberlo dejado, una voz la interrumpió.

- ¿buscas esto?- Con el libro en mano
- ¡Es mi libro!, ¡devuelve me lo!
- lo necesito, además, es mio.
- ¡mi padre me lo dio es mio!
- y yo se lo di a tu padre, es mio.
- ¿tu hiciste este desorden?
- no, pero se quien lo hizo, y recupere mi libro.
- ¿quien eres?
- me llaman de muchas formas, la mas reciente, "Rosa negra", pero puedes llamarme, Vidcius.
- ¿Vidcius?, ¿que raro nombre?
- lo se, mi familia es descendiente escocés y eligieron por nombre Vidcius.

Vidcius era un joven, 24 años aparentemente, cabellos castaños claros, ojos marrones, una piel blanca y suave. Vidcius era una persona desconocida para Susan, pero le inspiraba confianza, demasiada confianza.

- dime Vidcius, ¿como conoces a mi padre?
- lo conocí en un viaje que hice con mi familia, y mantuvimos contacto, y en cuanto supe que había fallecido vine por mi libro.
- ¿como te enteraste?
- un día me dijo, "si un día llamas y no contesto, estaré muerto y tendrás que venir a recoger tu libro", y por supuesto que a eso vine.
- entonces el libro es tuyo, puedes llevarte lo.
- no, creo que lo necesitas mas que yo, toma.

Extendió la mano con el libro entre los dedos, Susan lo tomo, y se lo llevo al pecho, una lágrima brotó de repente.

- gracias, no sabes lo que significa para mi.
- pues si creo que si se cuanto significa, mi madre me lo dio antes de morir, y veo que tu lo necesitas mas que yo.
- dime, ¿volveré a verte?
- te lo garantizó, además tengo que regresar por mi libro.
- y lo cuidare como si fuera mi vida.
- lo se, lo has cuidado bien este tiempo.
- oye, no me dijiste tus apellidos.
- ¡oh!, lo siento, mil perdones. Roubber Hemmet, "Vidcius Roubber Hemmet, hasta luego.
- hasta luego.

Aquel extraño joven salio por la puerta, Susan vio marcharse a lo lejos por la ventana, fue una visita agradable, ahora tenia que averiguar quien había entrado a su casa, y que tenía que ver el libro en todo esto.
¿Acaso todo tenia que ver con el libro?, tenia que averiguarlo de una u otra manera.

Aquel nombre Vidcius Roubber Hemmet, le daba vueltas por la cabeza, de pronto una idea le surgió, que este tal Vidcius, tenia las iniciales mas extrañas, V.R.H., ¿podría ser quien la esta cuidando como dice la carta?, o,¿era mera coincidencia?,
Pero lo mas importante, conocía al padre de Susan.

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