-Sandra-
Llegamos a un hotel. Maldita mi mente que se imaginó un lugar romántico. Era obvio, no estamos en Paris. Me hubiera encantado cenar en la torre Eiffel, a la luz de la velas, con piropos, anécdotas románticas, baile lento, apasionado, seductor; besos, caricias y todas esas bobadas, digo esas cosas románticas.
-Llegamos-dijo.
-¿A dónde?
-Donde me alojo-responde.
-¿Dónde qué?-pregunte.
-Donde me alojo-repitió.
-Ah. Entendí otra cosa-dije riendo divertida ante lo que entendí.
-¿Qué entendiste?
-Nada-dije.
-¿Puedo pedir por favor que entendiste?-asentí.
-Dijiste "el hotel donde me alojo", entendí otra cosa en la última palabra.
-¿Qué palabra?
-Alojo, rima con...-lo mire levantando las cejas. No dijo nada- "Cojo"-dije.
-¿"Cojo" de rengo o "Cojo" de lo que sabemos?-pregunto sonriendo.
-Que malpensado. ¡Decía de rengo!-dije mintiendo.
-Claro, claro-murmuro mirándome desconfiado.
-No muerdo, eh.
-Eso quisiera-susurro en mi oído provocándome escalofríos.
Entramos al hotel, nos dirigimos al ascensor y ninguno hablo, solo nos mirábamos y sonreíamos.
Al llegar, cerró la puerta y me acorralo contra la pared, sonreí mientras sentía su respiración acelerada. Me beso con pasión, le seguí el beso, pero, luego lo corte.
-Nos conocemos hace muy poco-murmure contra su boca.
-Te equivocas...-me volvió a besar. Se separó unos centímetros y murmuro-Nos conocemos hace un mes.
Me apretó contra él. Era imposible resistirse, siempre ganaba. Me volvió a besar, pero esta vez, sus manos recorrían mi cuerpo. Enrede mis piernas en su cintura y me apreté más a él, ya podía sentir su erección entre mis piernas. Me llevo hasta la habitación entre sus brazos, me recostó delicadamente en la cama y comenzó a quitarme la ropa lentamente. Luego de desnudarse, se metió entre mis piernas. Cuando estaba a punto de entrar en mí, sonó el maldito móvil de él. Se levantó y agarro el móvil de mala manera. Se alejó.
-Romeo-
Atendí el celular y maldije, era Ingrid, momento más oportuno no podía escoger.
-¿Qué quieres?-pregunte.
-Voy llegando a tu casa-dijo cantarina-. Prepara el baño.
-Ingrid-dije en susurro-. Si vienes juro que te olvidas de que trabajamos juntos y te delato a ti y a los demás.
Se oyó un suspiro y murmuro:
-Está bien, Romeo. Pásalo bien con tu "Julieta".
Dicho esto colgó.
-Sandra-
Volvió a mi lado. Me miro y sonrió. Me levante y me coloque la ropa interior.
-¿Qué haces?-pregunto.
-Vestirme-afirme.
-¿Por qué?
-No voy a dormir desnuda.
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El criminal -Romeo Santos-
Chick-LitUn cantante famoso, además de ser el "inocente" que es en el escenario y frente a los demás, es también, un criminal que busca escabullirse entre los policías para no ser descubierto. Pero, lo que no tenia en cuenta es enamorarse, esa maldita cosa l...