Estaba tan emocionada que apenas y podía respirar, las ansiadas vacaciones ya habían llegado y con ellas el clásico viaje a la playa, pero este año era diferente, estaba eufórica por contarle a él cuan diferente sería.
Desde que tenía nueve años el viaje a la playa en vacaciones había sido sagrado. Ahí fue en donde conocí a la familia Guerrero y por supuesto al hijo menor de esta, que coincidentemente tenía mí misma edad, fue amor a primera vista, mi primer maldito amor y estaba segura de que él se sentía de la misma manera por mí.
Toni había sido mi primer amor y tenía la esperanza de que fuera mi primer todo, mi primer beso —Si, todavía no lo daba—, mi primer roce, mi primera vez —aunque me diera un poco de vergüenza pensar en eso.
No sabía porque había dejado pasar tanto tiempo, ocultando mi amor tras una masoquista amistad. Creía conocer mis propios sentimientos y también los de él, entonces ¿Qué era lo que me había frenado? Quién sabe, puede que solo fuera el destino que me decía que todavía no era el momento.
Pero ya habían pasado diez largos años de ese platónico enamoramiento, era hora de concretar las cosas. Y que mejor ahora que mis padres habían decidido quedarse a vivir en la casa de la playa. Estaban hartos del bullicio y el estrés de la ciudad, yo acababa de terminar el colegio, podía encontrar alguna buena universidad cerca de casa o simplemente darme un año sabático para pensar mejor las cosas, aun no tenía claro que era lo que quería hacer con mi vida... aunque tenía una pequeña idea.
Más que una idea era ya un hecho, tenía ya un pequeño trabajo, escribía para una sección de una revista juvenil que le iba bastante bien, en realidad mi columna era la más popular de la revista, por eso una editorial me había contactado hace poco para que empezaran a negociar sobre un primer libro. Era demasiado bueno, pero mis papás seguían insistiendo con que no podría vivir de eso, solo iba a estudiar alguna carrera corta de alguna cosa para contentar a mis padres y luego dedicarme de lleno a la escritura, y para trabajar en eso ni siquiera tenía que moverme de mi sillón, los manuscritos se los mandaba por mail al editor.
Pero nos desviamos del tema, es solo que había tantas cosas por las que estar emocionada. Y ahora estaba viajando, sola, a la casa de mis sueños, donde estaba segura de que concretaría, de una vez por todas, mi amor. Mis padres estaban terminando los arreglos para la mudanza, y lo siento, pero con la euforia a mil no pude esperar mucho más, apenas termine las clases tome mi bolso y compre el boleto de bus.
Caminé por las calles de ese tranquilo pueblito, el aroma salobre de la playa se podía sentir en todas partes, esto sí que se sentía como casa. Llegue a la calle en donde estaba la casa de mis padres, mire justo al lado derecho de la residencia de dos pisos que le pertenecía a mi familia.
Ahí estaba la casa de él, de Antonio Guerrero, el chico que se convertiría en mi primer todo. Y justo cuando me disponía de dejar de mirar a su puerta esperando que saliera —como una verdadera sicópata— aparece por la misma un chico de cabello oscuro, alto —como de un metro ochenta y cinco, me arriesgaría a decir que más—, con el bronceado de quien siempre ha vivido cerca del mar, unos bermudas que colgaban de sus caderas y una camiseta del surfista clásico, exponiendo esos enormes brazos que habían sido hechos para sostener el peso de una mujer.
Mi corazón tartamudeo, agitándose con excesiva fuerza y chocando con mi esternón. Mierda, no podía reaccionar así cada vez que viera al hermano de Toni, pero realmente Ale era el espécimen más hermoso de macho alfa que había visto alguna vez. Claro, que eso toda la población femenina también lo sabía. Estaba segura de que si no hubiera conocido primero Antonio hubiese estado peligrosamente cerca de enamorarme de Alejandro, y digo peligrosamente porque ese sí que hubiese sido un amor platónico; él era cinco años mayor que yo, me veía como nada más que una bebé, era un imán para chicas y estaría loco si no se aprovechara un poco de eso, por lo que, sí, es un mujeriego que habría roto mi corazón de mil maneras diferentes.
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EL HERMANO EQUIVOCADO
RomanceToda la vida creíste que estabas enamorada de uno... entonces ¿Por qué besas al otro? ¿ Por qué te dejas envolver por sus brazos y caes rendida en su cama? Quizás solo estuviste negando todo este tiempo, el hecho de que te enamoraste del hermano eq...