2. Él lo sabía perfectamente

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Sabía que había sido demasiado bueno para ser real... y ella estaba enamorada de mi hermano, su reacción era lógica, pero...

Yo la quería, la quería para mí, así había sido desde la primera vez que la vi. A esa pequeña y dulce niña de cabellos castaños y enorme ojos marrón con vetas verdosas, siempre había sido muy egoísta cuando se trataba de mis cosas, pero ella no era mía, fue la maldita suerte de Toni conocerla primero y ella parecía tan feliz cada que estaba con él. En cambio conmigo siempre parecía nerviosa y temerosa, por eso fue por lo que preferí alejarme cuando entramos a la casa, darle espacio, cada vez que comenzaba a retorcer sus dedos era porque estaba excesivamente nerviosa, esa era mi señal para desaparecer de la escena. Pero esta vez simplemente no pude.

Cuando salí de la casa esta mañana lo último que esperé encontrar fue a la pequeña Fanny, mirando embelesada mi propia casa, seguramente estaba pensando en mi hermano. No iba a permitir que mis pensamientos se desviaran a los recuerdos que debía estar rememorando a medida que me acercaba a ella, recuerdos de las cosas que debió haber hecho con Toni mientras se encerraban en su habitación, los celos no era algo con lo que supiera lidiar. Ellos podrían decirles a todos que eran grandes amigos y nada más, pero seguía sin creérmelo, nadie puede ser solo amigo de esa preciosura con caderas hechas para acunar a un hombre y esos pechos maduros que harían babear a todo ser con una gota de testosterona en el cuerpo. Era verla y conseguir una erección instantánea, así había empezado a cambiar hace un par de años. Antes de eso solo había sido una niña hermosa por la que me sentía extrañamente posesivo, había pensado que era alguna especie de complejo de hermano mayor, pero cuando su cuerpo comenzó a cambiar lo entendí. Ella había sido hecha para mí.

Y cuando la encontré en la cama de mi hermano. Dios, por poco y me pongo a hacer agujeros en la pared con los puños, me había ido a mi cuarto en busca de un poco de control sobre mis agitadas emociones. No podía simplemente coquetear con ella y tratar de conquistarla, demonios, seguía siendo cinco años menor que yo, era retorcido, estaba mal, no podía controlarlo, la deseaba y que estuviera enamorada de mi hermano era como una patada en el estómago.

Pero ella me persiguió, malditamente me persiguió e intento explicarme quién-sabe-qué. Exploté cuando dijo que yo la odiaba... ¿Qué yo la qué? Odio es lo último que podría sentir por ella, o puede que esté en lo correcto, no lo sé, puede que sea verdad, que la evite y trate de alejarla de mí comportándome como un cabrón con ella, pero eso es solo porque no entiende lo difícil que es estar enamorado de la chica de tu hermano, de una chica que es mucho menor que tú, ella no entiende que lo único que quiero es poder acercarme a ella sin asustarla pero que no puedo confiar en mi propio control ¿Y se atreve a decir que la odio? Sí, la odio, por hacerme sentir algo tan fuerte y no poder expresarlo o vivirlo abiertamente. ¿Cómo no puede entender que lo que realmente siento es amor? ¡Que la amo!

Y cuando estaba a punto de debelar mi más grande secreto ella jodidamente decide torturarme, acerca su boca a la mía y me besa, eso simplemente fue algo que no vi venir, no sé porque lo hizo, no quiero pensar en que fue porque le recordaba a Toni y realmente no creo que esa fuera la razón. Mis pensamientos se perdieron cuando cerró sus maravillosos ojos y presiono sus suaves y carnosos labios contra los míos, la sensación fue... indescriptible, ella era todo lo suave que siempre pensé que sería, pero había algo más, una pasión ardiendo a fuego lento en su interior esperando a ser despertada, mi animal interno rugió, la quería mal, duro, violento... y esa era la razón por la que tenía que mantener las distancias. Pero mi cuerpo no estaba escuchando a mi cabeza.

Bajé una mano acariciando cada curva pronunciada de su cuerpo, ese cuerpo era un puro y llano pecado, hasta llegar a la voluptuosa curva de su exquisito culo, no lo pude evitar, lo apreté con toda la capacidad de mi mano, se sentía perfecto y cuando la follara se sentiría... ¡Mierda! No vayas ahí, hombre. No es el momento para asustar a la chica. Gimió y mi polla dura se agito dentro de mis pantalones, penetre su boca con mi lengua, ella me respondió tímidamente, el solo pensamiento de que nadie la haya besado así antes me rompió, tome su cabeza y la guíe para que la inclinara hacia un lado, poseí su boca con un beso húmedo y profundo, camine con ella hasta chocar contra la pared, Fanny respondía con tanto entusiasmo a lo que fuera que le hiciera que me estaba volviendo un poco loco, chupé su carnoso labio inferior y luego la mordí con un poco de demasiada fuera.

EL HERMANO EQUIVOCADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora