— Marinette... ¿Te das cuenta que estamos como a veinte grados?— Alya la miró extraño.
La chica de cabellos negros color azabache traía puesta una bufanda rosa al rededor de todo el cuello, cubriéndolo sin que nada quedara expuesto.
— Si, me preguntaba lo mismo— Nino miro a su novia Alya, riendo.
Marinette sonrió nerviosa con las mejillas sonrosadas, movía su pie de un lado a otro.
Adrien observaba todo en silencio pero con una sonrisa traviesa. No le importaba lo descarado que era, lo de la noche anterior había sido increíble.
La piel blanca y suave de Marinette contra la suya, los pequeños gemidos y suspiros que salían de su preciosa boca, sus expresiones, sus espasmos, su respiración agitada. Oh dios, todo eso había valido la pena.
— ¿Tú, Adrien?— Alya hizo que su el rubio reaccionara, dejando de pensar en su noche con la de ojos azules.— ¿Te gustaría saber por qué Marinette tiene esa bufanda?
Marinette lo veía mal pero con una pizca de diversión en sus ojos se asomaba. Él había sido el culpable del por qué ahora mismo llevaba esa estupida bufanda.
— Me muero de curiosidad— sonrió de lado, el rostro de la pelinegra poniéndose rojo como un tomate. — Pero primero, quiero un tiempo a solas con mi novia.
Puso su brazo al rededor de sus hombros con autoridad, casi gritando que esa chica de bonita sonrisa era solo suya.
— Nos vemos después, chicos.
Se despidieron y caminaron un poco hacia los casilleros. Por fortuna, no estaban tan separados.
Marinette sacó sus libros, mientras que Adrien la veía, fascinando.
Y es que, estaba tan enamorado, tan maravillado con su belleza y su puro corazón. Tan cálida y preciosa en todo el sentido del cual se pudiera hablar sobre ella.
Por qué le sobraban palabras al pensar en ella. Era como un sueño, uno del cual deseaba no despertar.
— Linda bufanda.
Marinette lo miró con una sonrisa.
— ¿Queda bien con mis ojos?— bromeó, acercándose más a él. Este la tomo de la cintura.
— Todo queda bien con ellos, hasta la bufanda más horrible del mundo, tus ojos son tan mágicos que podría convertirlo en la bufanda más linda del mundo.
Las palabras tocaron el corazón de Marinette, ella sonrió con ternura enchinando sus ojos. Lo tomo por las mejillas para pararse un poco de puntillas para besarle los labios.
Un beso lento y perfecto, lleno de amor sincero, un agradecimiento.
— Te veo en Historia— le dio otro pequeño beso, Adrien arrugando el entrecejo, una expresión adorable que quedaría en la mente de Marinette.
— Mari, si Nathaniel se te acerca quítate la bufanda y recuérdale de quién eres, ¿sí?
Marinette rió y todo los ojos.
— Eres un celoso.
— Es que, ahora tienes muchos pretendientes— el rubio hizo un puchero.
— Tu también tienes muchas— Marinette hizo una mueca al recordar las chicas que siempre iban detrás de su novio.
— Si quieres me puedo quitar la camisa, por qué esas marcas demuestran de quién soy.
Marinette le dio un pequeño golpe.
— Di que fui considerada y no te las hice en el cuello. No como tú— le saco la lengua de manera infantil.
— ¿Sabes qué? Mejor quítatela.
— ¿Qué? No— esta negó riendo. Ahora fue Adrien quien le saco la legua.
— Te amo, nos vemos despues— le dio un beso en la mejilla y casi corrió hacia su clase.
La miro irse, con una sonrisa.
"Estoy tan enamorado"
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Bufanda; Adrinette OS.
FanfictionDonde la chica de ojos azules lleva una bufanda cuando hace sol, por culpa del chico de ojos verdes.