capítulo 5

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- espera!- el se detuvo pero sin voltear a verme.
- ¿cuanto tiempo estuve dormida?- pregunte con voz casi audible, pues mi garganta estaba seca.
- dos días...

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Después de eso salio de la habitación sin decir nada mas.

-Dos días...- Murmuré sin poder creer lo que acababa de escuchar.
¿realmente había estado durmiendo por dos días completos?tenia que comprobarlo, intente meter la mano a la bolsa de mi pantalón para buscar mi celular, pero en el momento de hacerlo recordé que mi cel no tenia batería y que tampoco tenia la mitad derecha del pantalón el cual era el lado en el que siempre guardaba el cel.
Por lo tanto no me quedaba de otra mas que esperar a Leandro para que contestara mis dudas.

Mientras, no tenia nada que hacer mas que observar el lugar en el que me encontraba.
Era como la habitación de una cabaña, tenia una pequeña chimenea encendida, un candelabro de velas, las cortinas blancas estaban recogidas permitiendo la entrada de luz para iluminar la habitación.
Por como parecía no eran mas de las 9 de la mañana.
Mi pierna aun dolía, no tenia la mitad de mi pantalón, mi celular desaparecido, sin dinero, y en la casa de un tipo al cual nunca había visto en mi vida resultando que el era el dueño de aquella casa que pensé estaba abandonada, mi suerte no podría ser peor.

Leandro apareció finalmente por la puerta, en sus manos traía una charola con una jarra y un vaso llenos de agua, además de un plato con comida.

- pensé que tal vez tendrías un poco de hambre, así que te traje el desayuno.- menciono mientras colocaba todo sobre la mesita de noche junto a la cama.

-no te hubieras molestado - dije,
pero el sonido de mi estómago me interrumpió, Leandro soltó una pequeña risa y no pude evitar ponerme completamente roja de la vergüenza.

- Al parecer tu estómago dice otra cosa - el volvió a reírse pero esta vez yo lo mire con enojo.
- Tranquila no me veas así - dijo mientras hacia un gesto con sus manos.
- que esperabas, dormí por dos días- me defendí ante su burla.

- pero es que soy vegetariana- le advertí por si acaso, pero el solo sonrió y se volvió a sentar en el sofá de la esquina esperando a que comiera.

Me senté a la orilla de la cama para observar que en el plato había un caldo de papa, zanahoria, y champiñones.
Perfecto, justo lo que necesitaba, creo que después de todo, un buen caldo me vendría bien.

Comencé a comer, como si no hubiera un mañana, sin importar que Leandro me observara, durante todo ese tiempo ninguno de los dos menciono palabra alguna.

- gracias - mencione una vez terminado de comer.
- no fue nada el caldo fue preparado anoche, así que lo único que hice fue calentarlo.- contestó él, desde su lugar.

- No me refiero solo a la comida, gracias en verdad por todo, no se como podre pagarte el que me salvarás, curaras,y cuidarás, te prometo que cuando consiga un trabajo, te lo pagare todo, tu solo espera que junte lo indicado.- le dije casi en suplica.

En busca del descansoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora