5-El pueblo de al lado

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Cuando salgo del trabajo decido hacer una excursión al pueblo más cercano. No tardo ni quince minutos en coche. Quiero separarme un poco de donde vivo. No me apetece cruzarme a... Ni si quiera se su nombre.

Es un pueblo de interior, por lo tanto no tiene playa. Pero la primera impresión que da es de ser un lugar bonito y alegre. Es más grande que el lugar donde yo estoy viviendo ahora, se nota que hay más gente, pues en cada calle te puedes encontrar a alguien nuevo. Todavía es pronto para cenar algo por lo tanto sigo paseando. Visito la iglesia, el ayuntamiento y una placita pequeña con una fuente en su centro. Decido acercarme a refrescarme, estamos en verano y aunque no está siendo muy caluroso no me viene mal. Cuando llego a la plaza principal del pueblo veo que está llena de bares y restaurantes así que empiezo a mirar las tapitas que tienen para cenar.

En el centro de la plaza hay una farola. A su alrededor hay varios niños jugando. Me llama la atención una caseta con fotos de tablas de surf y gente haciendo surf. Me acerco para informarme. Hay un chico de pelo corto dado la vuelta.

-Perdone -el chico se gira-. Me gustaría informarme sobre las clases de surf.

-Eh sí - coge un folleto y con un bolígrafo me va señalando mientras me explica.

-Muchas gracias -le digo guardándome el folleto-. ya le llamaré entonces.

-Adiós - se despide el chico-. Por cierto, te queda muy bien -sin entenderle le miro a la cara por primera vez y veo que se trata de aquel chico que tan intrigada me tiene-. Me refiero al colgante.

OlvidandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora