Era una noche hermosa y despejada. Podía sentir como el viento chocaba contra su cara de una manera sutil. Desde allí podía ver los autos pasando, la gente se veía muy diminuta.
El suelo estaba algo frío, lo podía sentir en sus pies descalzos.
Mentalmente pidió perdón a todos sus seres queridos mientras miraba al cielo, no podía dejar de sentir como su celular vibraba constantemente. "No se callarán", pensó.
Comenzó a escuchar golpes en la puerta de su terraza. Acercó más sus pies al borde de la edificación, literalmente su vida podría acabar en un solo paso.
El viento comenzó a soplar más fuerte, a su favor, la inclinaba más a su destino.
Tenía miedo, demasiado miedo para ser verdad, pero no podía más con su vida, se sentía vacía y rota.
Los golpes no cesaban y por cada golpe mencionaban su nombre. Había dejado de tener sentido últimamente.
La puerta dejó de ser golpeada, ¿esa era su señal para saltar?
Agarró su collar en la mano demasiado fuerte, lo ató con un poco de dificultad, perdía el equilibrio y el viento seguía soplando continuamente.
Lo iba a hacer.
La puerta sonó fuerte callendo al suelo. Volteó a mirarlo, ambos estaban llorando.
Todo pasó muy rápido.
Gritó su nombre y le suplicó no saltar.
Ella se sentía pérdida, en ese momento se sintió tan ligera como un holograma.
"Nada fue real." Le grito ella con odio, mirando una vez más el suelo.
"¡Te amo!" Le gritó él, llorando aún más fuerte.
"Lo siento." Contestó ella.
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Hologram
Teen Fiction"Yo también tuve un amor imposible - le dice al oído. Luego se corrige-: Bueno, no fué un amor imposible, pero sí fue un amor que me hizo mucho daño." - El tiempo mientras tanto, Carmen Amoraga.
