Pov: Jacob
Desesperación, angustia, dolor, impotencia y un sinfín de sentimientos encontrados.
Esto no puede estar pasando. Esto no me puede estar pasando. Es increíble.
¿Como diablos pudo llevársela? ¿Como coño paso?
Esto es imposible de creer, se la llevo, el hijo de puta se la llevo. He tratado de buscar pistas, alguna forma de poder dar con ella, pero nada, no he podido encontrar nada, es como si se hubiera esfumado del mapa. Sólo desapareció.
Me remuevo el cabello de forma desesperada, la angustia me mata y no se que diablos hacer. Mi papá esta haciendo lo suyo para ayudarme a encontrarla y mi mamá intenta descifrar el porque no aparece ninguna pista del secuestro o como lograron burlar la seguridad y sin contar el hecho de que ninguno nos dimos cuenta. Ni siquiera yo que me encontraba durmiendo con ella.
Las horas pasan y mi desesperación aumenta, trato de no pensar que le estarían haciendo a mi mujer, que estaría pasando con ella para no acabar con todo a mi paso.
Me siento sofocado y me dispongo a entrar al baño para refrescarme un poco, pero antes de llegar a éste la puerta de mi habitación se abre de forma abrupta.
-Hijo date prisa, Mía esta muriendo. Esta muriendo!!.- grita mi madre desesperada.
Mi mundo se detiene, mi inexistente corazón se paraliza, todo a mi alrededor deja de existir.
¿Que se esta muriendo? Pero ¿Como es eso posible?
Me obligó a salir de mi pequeño letargo de sufrimiento para poder saber el lugar donde se encuentra Mía.
-Madre ¿Que coño estas diciendo? ¿Donde esta ella?- inquieto desesperado.
-Hijo, Eddry y Rocío la tienen en una villa cerca de la mansión en donde tenían a Mía anteriormente secuestrada.- ella suspira y me mira con lo que percibo es un poco de lástima.- Hijo, Eddry le ha clavado un cuchillo en el cuello.
Y yo ya no escuchaba más. Salí lo mas rápido posible a velocidad vampírica con dos objetivos en mente: recuperar a mi mujer y matar a esos desgraciados.
El tiempo me pareció transcurrir lento, por más que le ponía intensidad a mi carrera no conseguía llegar, era como si por cada paso que daba el camino creciera cinco veces más. Esto era una maldita dolorosa tortura.
Después de lo que creí una eternidad, al fin me encontraba frente a la villa, sin perder el mas mínimo segundo ingreso al interior.
Una vez en el interior de la sala un olor tan peculiar y a la vez conocido llega a mis fosas nasales. Sangre.
Subo a la segunda planta y busco de donde proviene el olor, cuando descubro de donde procede inrrumpo en la habitación sin importarme nada. Al momento de entrar a la habitación me quedo petrificado.
Ella, la mujer a la que amo, con la que planeé pasar el resto de mi existencia, con la que quería tener hijos, se encuentra tirada en el suelo con un maldito cuchillo incrustado en su cuello y bañada en su propia sangre.
La ira, el dolor y la impotencia se apoderan de mi. Me veo envuelto en un remolino de odio hacia la personas que se encuentran frente a mi y con una maldita sonrisa en sus rostros.
-Has llegado tarde querido primo.- se mofa el muy maldito. Quiero correr a ella y salvarla, por mi mente pasa el convertirla y tal parece que mi intención es tan obvia que Eddry sonríe.- No servirá. Esta hechizada para Siento puedas transformarla.
Suelto un grito de dolor e intento lanzarme contra él pero unos brazos me detienen.
-Hijo, toma a Mía y llevatela de aquí. Tu madre y yo nos encargaremos.-
Mi odio es tan fuerte que me resisto a dejarlo en manos de mis padres, pero un gemido poco audible me hace reaccionar. Me suelto del agarre de mi padre y me encamino hacia donde Mía. La tomo en mis brazos cuidando de no hacerle mas daño y sin detenerme a mirar a nadie salgo de este maldito lugar.
Corro con mucha rapidez y sin ningún lugar en mente. Mi cabeza ahora mismo no piensa, sólo actúa. No se que sera de mi si la pierdo. Mi mundo esta callendo en picado y no se me ocurre la forma de poder pararlo.
Me detengo en lo alto de una montaña, la recuesto en las grabas Y ella empieza a toser. Me apresuró a recostarla de lado ya que la tos es acompañada de sangre. Me mira y en sus ojos veo dolor, tristeza y una suplica de perdón.
Siendo mi resistencia tambalear, siento una inmensa tristeza en mi interior que no puedo con ella. El dolor que siento es tan fuerte que puede conmigo. No quiero perderla, no quiero que me deje.
Mi vida sin ella no tendría sentido, moriría de dolor. Si muere, muero yo con ella, soy capaz de matarme.
-No me dejes pequeña. Te lo suplico, no me dejes. Te amo demasiado, no me puedes dejar aquí sólo.- le digo ahogado en lágrimas.
-Te - a- mo.- dice haciendo un esfuerzo sobre humano para luego decaer en mis brazos y dejarme bajo un manto de dolor y lágrimas.
Fin
Hola a tod@s. Si, no es una equivocación, es el fin. Mañana si Dios quiere subiré el epílogo. Ustedes saben que no soy de crear historias largas y respecto al final..... ME LA DEBÍAN, por hacerme revivir a Allison.
Chaito
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"Enamorada del Enemigo" (Segunda temporada de Su Esclava)
Vampireprohibido la reproduccion parcial y total de esta historia.. cero adaptaciones, registrada en safe creative, con el código: 1604137225474 Créditos de portada: Charley Farrow