Introducción

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Otro golpe. Otro insulto. Estaba cansada. Cansada de que se divirtieran abusando de mi. Ojala me muera. Si. Me muera, me atropellen, me asesinen, me den un balazo en la cabeza. Pues como todos los días en el instuto, golpes e insultos. Corri hasta el baño y me encerre. Lentamente me deslicé por la puerta hasta llegar al sentarme al frío suelo, y rompí a llorar. Lo hice como nunca antes lo habia hecho. Yo tenia un límite y ya lo había sobrepasado. Sin más, me levanté y salí de allí rumbo hacía donde había dejado mi mochila. En cuanto llegué a ella la cogí y comenze a caminar hacia la puerta de salida, sin hacer casos a los insultos y risas que eran para mí. Salí de ese infierno llamado instituto. Al fin cuando me dí cuenta, estaba de pie, en el borde de un acantilado. Demasiadas veces había deseado tirarme por aquí y no habia dado el paso por mi madre. Pero ella ya no estaba. Se habia ido, dejandome sola. - "dicen que los ángeles pueden volar" - pensé, y sin más me tiré, viendo pasar mis 17 años de vida.

No estás Sola...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora