Me desperté, me dolía todo el cuerpo. Miré a mi alrededor y vi paredes blancas, máquinas, sillas, y al lado mio otra cama, donde dormía una niña pequeña, que podría tener entre 4 y 6 años. En ese instante, entró en la habitación un chico. Era alto, de piel Blanca. De cabello rubio y ojos azules. Se acercó a mi, pero mantuvo las distancias.
-¿Qué hago aquí? ¿Dónde estoy? ¿Quién eres tú?-conseguí decir.
-Hey. Tranquila. Soy Christian. Te... te encontre en medio de la playa inconsciente... te costaba respirar y bueno, pues no dude en traerte al hospital. -dijo mirándome a los ojos-
-¿Qué? ¡¿Por qué?!
-Yo..solo quería ayudarte...
-¿Ayudarme? ¡Yo quería morirme!-dije con furia. No necesitaba ayuda de nadie. Mi vida era una mierda, pero este desconocido no tenía derecho a meterse en ella sin más.
-¿Cómo te llamas?-estaba intentando cambiar de tema. Mejor. Así no le tenía que contar mi triste vida.
-Ona.-dije seria.
-Oh que bonito.-le miré a la cara y me soltó una delicada sonrisa.
-Pelota-solté sin más. Si esta intentando ligar conmigo iba por mal camino.
-Oye.. el médico me preguntó si tienes familia...-me miró esperando a que le diera una respuesta.
-No. No tengo. Ahora. ¿¡Cuándo cojones voy a poder salir de aquí!?
-No lo sé. Voy a preguntarle al médico.- y salió sin más. Me estaba poniendo de los nervios. Entonces escuché unas risas, unas risas que provenían de aquella pequeña niña. Le miré, y le sonreí. Había algo en ella que me hacía estar alegre, cual desconocía.
-¿Mi hermanito es tu novio?
