Recordando lo que fuimos

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    Había llegado a las seis de la tarde luego de una pesada jornada laboral. La casa lucia reluciente y el sol entraba por las blancas cortinas, pensaba en lo bonito que era la decoración y la atmosfera que habíamos construido. En el mueble que estaba había una fotografía que habíamos tomado cuando fuimos a Brasil, nuestros rostros estaban rojos de la quemadura del sol pero nuestras caras poseían una gran sonrisa. No recuerdo que hacíamos para entretenernos, pero parece que el solo hecho de estar juntos nos hacia felices.
A pasado un año desde que nos casamos y creo que todo se va degenerando, te amo o creo hacerlo, pero no sé si nuestra definición de amor o forma de amarnos es la que existía cuando nos conocimos. Mi madre, una mujer atea y de armas tomar, recuerdo que dijo que casarse convertía al humano en un esclavo de una palabra, que el amor se debería sentir sin hacer "actos weones, solo se tiene que vivir porque cuando lo catalogas se convierte en un producto, en una mierda" no puedo decir que tenía razón, porque aun siento que amo a Nicolás. 

    Tome el teléfono y marque el celular de mi marido para preguntarle si llegaría temprano, quizás podríamos ir al cine o hacer algo ya que era viernes, paso lo que me esperaba, tenía que quedarse a revisar unos papeles por lo que llegaría más tarde. Le dije que no importaba que saldría de comprar a ver si veía algo nuevo, pero no era así. Salir de casa ya no me entretenía como antes, o quizás si peor tenía otro sabor, es que ya estaba aburrida de hacer lo que se tiene que hacer, de esas actividades monótonas que se hacen para llenar vacíos. A mí me gustaban los vacíos porque me ayudaban hacer nuevas cosas.
Lo que hice esa tarde fue sacar uno listones de madera que tenía guardado y comencé a ser un bastidor, busque mi engrapadora y mis clavos, medí para que todo calzara y arme el rectángulo de madera. Una vez seco engrape la tela que debía quedar tensa, esas cosas de alguna u otra manera me las sabía de memoria, pero no me aburrían, no me parecían vacías ni mundanas. Cuando la tela ya parecía una fina y tensa cerámica comencé a enyesar para pintar sobre ella, le daba gruesas capas para que quedara muy duro el pincel pudiera desplazarse con facilidad.
Luego mientras se secaba pensaba en que podía pintar, era una gran disyuntiva por que con esa extraña sensación de que nada importa tanto como que nada se merecía ser retratado, mire a mi alrededor y pensé en la foto, en la foto de Brasil con los rostros quemados. Fui donde ella, la tome y la deja frente a mí para tenerla de modelo.


 Comencé a realizar un bosquejo que a primera vista podía haber sido el dibujo de una niña chica, pero no me importaba, lo mío era la pintura no el dibujo, el dibujo solo me ayudaba a tener un esquema de lo que quería hacer. Luego de ese mapa tome el pincel para empezar a manchar los colores de fondo y tener claro que tintes iba ocupar, no era realista por lo que el color me quedo mucho más oscuro de lo que en realidad era, pero eso no importaba, yo solo estaba divirtiéndome en algo.
Ya eran las siete y el sol se retiraba de mi ventana haciendo que mi vista se forzara más de lo normal mientras pintaba. Decidí que continuaría otro día y tome el cuadro con cuidado para no manchar nada a mí alrededor, abrí todas las ventanas para que el fuerte olor a médium no quedara en el interior y no matara a nadie. Aún era muy joven para morir.
Prendí la radio y justo estaba empezando the story de Brandi Carlile, esa canción era perfecta sentarse en el sillón y comenzar a divagar sobrelos recuerdos del pasado, sobre las emociones y sensaciones que en algún día estuvieron a flor de piel. Era triste saber que yanada era igual y que ni siquiera sabía por qué no lo era. La música terminaba yme dirigí a la cocina para hacer algo de comer, no tenía ganas de inventar nadanuevo por lo que cosí unos fideos y los acompañe de una rica salsa de tomates. Mesenté a comer mientras observaba la intrascendencia del mundo y seguía escuchando el ruido del exterior.

Aun amaba a Nicolás, de eso estaba segura porque cunado sentía la llave abriendo la puerta mi corazón se agitaba como un niña, de alguna u otra manera me daba felicidad, pero el problema era que no me importaba amar, porque era algo que se iba acabar, y de hecho ya estaba bajando su intensidad.Nicolás me miro sonriente y me beso la boca, me pregunto si había algo para comer y le dije que en la cocina le deje unos tallarines, el jamás se quejaba si la comida era fome, era un buen hombre, de esos que de verdad cualquier mujer desearía. 

Mientras comía lo acompañe con una copa de vino y le pregunte por su día, que según él había estado igual que siempre. Como de costumbre lavamos la loza y nos tendimos sobre la cama a ver algún programa de la tv, él se había quedado dormido inmediatamente, yo lo observaba y me preguntaba si sentía lo mismo que yo, si se sentía vacío desde que dijimos el sí frente al cura que nos casó. 



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⏰ Última actualización: Mar 20, 2016 ⏰

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