2. Amistad a fondo

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1 de Julio, si, ese día marcó el principio de una nueva historia para mí.

Tras adaptarme al grupo fui conociendo a cada persona un poquito más a fondo y fui agregándo a los que mas hablaban y mejor me iban cayendo.

Recuerdo que cogí bastate confianza con los más habladores ya que yo también soy de hablar un rato largo. También recuerdo que muchos otros apenas hablaban, o directamente solo leían, sin hacer ningún comentario. Se encontraban también los típicos que usaban el grupo para hacer spam de fotos o de sus usuarios en redes sociales. Los había de los que entraban al grupo y se salían sin más, o de los que se pasaban los días mandando fotos suyas.

Pero yo, era una mezcla de cada clase. Hablaba sin parar, pero también podía callar durante grandes ratos. A veces me cabreaba y me salía del grupo y hacía a la admin volver a meterme. También mandaba links de mis fotos y les pasaba mi user de instagram o twitter a los nuevos participantes, o directamente mandaba las fotos al grupo. Me fui integrando de tal manera que me sentía como si llevase años formando parte de ese grupo.

Ahora era yo quien hacía un interrogatorio a los nuevos o quien discutía con algunos del grupo, ya fuere de broma o no. Hice amigos, hice muchos amigos.

Pero no todo era genial, no todo era felicidad, había algo malo, algo muy malo en ese grupo, algo que me quitaba toda la alegría cuando más a gusto estaba yo con el grupo, algo que me echaba para atrás con la idea de seguir en dicho grupo, y ese algo era horrible.
No los tenía a mi lado, no los podía ver, no los podía tocar, no podía abrazarles ni podría hacerlo de allí a un par de años, si es que seguíamos hablando.

Eran mis amigos, los mejores amigos que podría tener, pero eran mis amigos de Internet y no podía hacer nada.

Pero no podía salir del grupo, no ahora. Ellos ya se habían convertido en algo especial en mi vida, en algo imprescindible. Les había empezado a coger cariño.

Pero sobre todo les cogí cariño a ellos, Ana, Carmen, Raquel, Clara, Michi, Juanje y Rafa fueron mi mayor pilar. Ellos eran los especiales.

Pero, ¿qué pasaba? Ninguno de Murcia, no, nadie.

Ana de Sevilla, junto con Carmen, Raquel y Clara de Málaga, Michi y Rafa de Huelva, Juanje de Jaen. Todos. Todos de Andalucia.

Y, ¿por qué ellos de allí y yo de aquí? No se sabrá nunca, pero ¿y si vivir aquí no es tan malo? ¿Y sí habrá tiempo para todo?

Me pasé todo ese verano hablando con ellos, todo lo malo lo soltaba por ese grupo porque sabía que ellos eran los únicos que no me iban a juzgar y que me ayudarían como mejor supieran. También les contaba mis buenas noticias y les preguntaba por las suyas. Nos habíamos convertido en un gran equipo donde todos contabamos con todos.

Recuerdo aun, que vino gente nueva al grupo, que se fue otra mucha pero que al fin y al cabo siempre hablabamos los mismos, siempre nos quedabamos los mismos.

Mi vida fuera del grupo seguía siendo la misma pero yo sabía que la mayor parte de mí pertenecía a ese grupo, el cual por miedo, verguenza o simple apetecimiento mío lo mantuve en secreto, mi gran secreto.

Lo guardé, lo guardé mucho tiempo, pero finalmente di a conocer dicho grupo a mis amigas.

No había problema en presentárselo a mis amigas obviamente, lo que causó otro gran cambio en mi vida fue que el secreto llegase a oidos de mis otros amigos, de los cuales uno especialmente insistió en entrar.

-Venga, meteme-me decía a todas horas él. No había día que no me lo pidiese.

-¿Pero por qué tanto interés en entrar? Es un simple grupo.-Le respondía.

-Tú solo meteme.- Volvía a insistir.

Opté por pasar de él, ¿por qué tanto interés?

Intrigada por lo que fuese a pasar por meterle al grupo, quise comentar el tema con mi mejor amiga del grupo por saber su opinión y si me animaba a meterle o no.

-¿Qué pensarías de un chico que todos los días te habla para lo mismo?- Le pregunté.

-Según sea el tema- respondío ella.

-Sobre el grupo, quiere entrar al grupo.

-Ah, pero entonces, ¿cual es el problema? ¡Metele! ¿A qué esperas?- fue la reacción de ella.

No me entendía, no, no podía meter en ese grupo en el cual yo contaba toda mi vida, a un simple amigo, que encima acababa de conocer no hace mucho.

Le cambié el tema a mi amiga, pues no iba a meterle por ahora, asi que seguí con mi vida normal pero ahora con él a un lado, con su mensaje diario. Bueno y con mi amiga preguntándome por él a cada momento, dichosa la hora que le hablé de él, no entendía que era un simple amigo pesado.

-Y, ¿quién es él?- preguntaba ella por décima vez.

-Y, ¿quién eres tú?

-Clara, encantada, ¿y tú?- contestó ella a pesar de que sabía de sobra quien era.

-Tonta, tonta eres tú, y dime ¿cuándo vas a venir a conocerme?

-Allá por el 2050, cuando mis padres dejen de controlarme- y eso era lo peor, sus padres, los cuales si se enteraban que ella y yo hablabamos, le borraban si hacia falta hasta el Whatsapp.

Y, ¿por qué? Porque yo era una extraña de Internet y desgraciadamente no una habitante de Málaga.

Pero el 2050 era una fecha muy lejana, mucho, nos conoceríamos antes, mucho antes.

El poder de InternetDonde viven las historias. Descúbrelo ahora