-¿Cuándo piensas comprarme ese granizado?- Le pregunté por quinta vez a Alonso.
-Tiempo al tiempo.
-¿Tiempo al tiempo? ¿En serio? Te he metido en el maldito grupo a cambio de un insignificante granizado. ¿Tanto te cuesta darmelo?
-Si tan insignificante es, ¿para qué lo quieres entonces?
-Porque refresca y está bueno- A ver, ¿a quién no le gustan los granizados en verano?
-Ya te lo compraré, no hay prisa.
-Si la hay, que cuanto más tiempo pase más se nos va olvidando y al final me quedo sin granizado.
-Eso nunca - respondió con una cara de guiño. ¿Qué pretendía?
-Lo quiero ya -le puse seguido de caritas llorando.
-¿Mañana?
Realmente era un tanto precipitado, pero me moría de calor y necesitaba un granizado ya.
-Clara, Clarita, Clara, ayuda.- Le suplicaba a mi amiga, la cual llevaba sin conectarse ya horas.
Me estaba empezando a frustrar porque había quedado al día siguiente con Alonso para que cumpliese su parte del trato, y en el fondo no había sido tan buena idea.
-Clara, ¿puedes decirme de una vez que hacer?
Enviado, no recibido. Genial, ahora no le llegaban ni los mensajes.
Bueno de aquí a la noche se conectaría, ¿no?Pues no, no se conectó. Me pasé la noche sin apenas dormir, esperando que Clara se conectase. Bueno esperando su conexión y torturandome sobre el día que me esperaba. Había visto a Alonso unas 2 o 3 veces pero estando con mucha mas gente. Prácticamente solo habíamos hablado en persona dos o tres frases, y ahora acabábamos de quedar. Genial, y encima estaba nerviosa. Seguro que me pondría roja, se me notaría y él se reiría de mi. Todo maravilloso. Maldita ocasión en la que acepté su granizado.
Dia 18 de septiembre, 12:43 pm.
-Hija pues llévate a alguna amiga, ya ves tú el drama.- Ese fue el primer mensaje que abrí al encender el móvil tras despertarme. ¿En serio se me había hecho tan tarde? Bueno, normal, no había pegado ojo en casi toda la noche.
Una amiga, ¿de verdad creía que iba a quedar con Alonso a solas? Obviamente Raquel se venía, si él se llevaba a un amigo yo también tenía derecho a llevarme una amiga.
-Lo malo es que va el que le gusta a Raquel, imagínate si se van y me dejan sola con Alonso. Mejor no voy y les dejo disfrutar de su preciosa cita
-Así te va en la vida, huyendo de todo.
-Mejor, imposible.
Estaba bastante nerviosa. ¿Cómo debía reaccionar cuando le comprara el granizado? ¿Debería darle unas simples gracias? ¿Dos besos? Ni de coña, hasta ese nivel no llegaba aun.
¿Pantalón corto o largo? Era verano aún, no pensaba asarme de nuevo por tener unos cuantos pelillos en las piernas. ¿Camiseta formal o informal? Estaba claro que no iba ni a una boda ni a una fiesta, solo a pasar la tarde. Una normalita y apañado.
-Salgo ya, no llegues tarde que no me gustan las chicas impuntuales.- Me dijo Alonso 2 minutos antes de la hora a la que ibamos a quedar.
Lo gracioso es que yo ya estaba con Raquel sentada en aquel banco del ayuntamiento donde habíamos quedado, vamos, que como impuntuales no ibamos a quedar.
Apareció por nuestras espaldas, y lo agradecí de corazón ya que así podíamos evitar ese típico momento de estar él llegando y tenerlo delante, mirandote, y no saber si mirarle o no, si improvisar con el móvil o no, si ponerte a hablar con la de al lado o no, sin saber que hacer.
-Hola, ¿qué pasa? - dijo para avisar de que había llegado.
-Bonitas horas de llegar- dijo Rebeca señalando su muñeca en la que no había ningun reloj.
-Pero si solo han pasado 5 minutos, exagerados.- Dijo mientras saludaba a Lorenzo con un choque de manos y a nosotras con dos besos.
Empezó a hablar tanto con Lorenzo como con nosotras. Cansado de estar de pie se sentó a mi lado, vaya por Dios. Al cabo de un rato recordé la razón por la que estabamos todos ahí, así que lo solté.
-Bueno, ¿mi granizado dónde decías qué estaba?-dije cortando la conversación que teníamos.
-Cierto es, tu granizado.
Entonces fue cuando se levantó camino al chino. Le seguímos mientras comenzabamos una nueva conversación.
-¿Fresa o limón?
-Fresa.
Una vez el granizado pagado y sobre el mostrador fui a cogerlo ya que era para mí, pero una mano se interpuso en mi camino apartándomela del vaso.
-¿Paciencia no?
-Recuerda que aún estoy a tiempo de echarte del grupo.
-Deja de quejarte, puedes oler el aroma desde aquí.
Puse una cara enfurruñada y rapidamente coló, el granizado ya era mío. Bueno, casi mio.
-¡Ya era hora!- dije contenta mientras volvía nuevamente a intentar coger el vaso. Otra vez más lo apartó de mí.
-Primero dame las gracias y dos bonitos besos, como las buenas señoritas.- ¿Qué? Odiaba los besos, en serio, nunca le daba besos a nadie, y eso de agradecer se me daba bastante mal. Me puse roja en seguida, no quería darle dos besos. Me negaba.
-Eh...Dos besos, sí, ajá...-en ese momento empecé a reirme como una loca, ¿en serio se pensaba que le iba a dar dos besos cuando no se los doy ni a mis amigas?
Todos me miraban como si no entendieran nada, bueno, era comprensible, acababa de empezar a reirme como una loca sin venir a cuento.
-¿Gracias?- dije no muy segura de lo que estaba diciendo.
Puso los ojos en blanco y acto seguido me dio el granizado. Menos mal que no se puso pesado porque no le pensaba dar dos besos ni de coña.
Estuvimos hablando tranquílamente, contándonos un poco nuestras vidas, cotilleos, o chistes malos. Se pasó la tarde mucho más rápido de lo que esperaba, y en nada eran ya las 8:30.
-Bueno, llegó la hora del esperado final.- Todos sabíamos a que se refería, cada uno se iría a su casa en ese momento.
Me despedí de los chicos y Raquel igual. Acto seguido Raquel y yo emprendimos un camino y Alonso y Lorenzo otro en direccion contraría.
Charlé un poco con Raquel sobre la situación que acabábamos de vivir esa tarde y ambas coincidimos en un aspecto, nos había gustado.
Me había gustado la tarde. Me había gustado compartir emociones con los dos chicos, pero lo que más me había gustado fue estar con él, con Alonso. Aún que eso era algo que no iba a admitir por el momento. Era demasiado pronto.
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El poder de Internet
AléatoireSara y Clara, dos chicas, tan diferentes pero tan iguales a la vez. Murcia y Málaga, dos provincias, tan lejos pero tan cerca a la vez. ¿Qué le podría deparar el destino a cada una?