El año pasado una vieja amiga me visito unos días. Digamos que ella tiene uno de esos poderes. Bueno, así es como yo lo llamo. No es que ella aprecie el término, pero lo describe bastante bien.
Durante esos días me ayudo a hacer la casa un "lugar seguro", como me dijo ella. Encanto todas las puertas de la casa.
"Ahora nadie que intente matarte o hacerte daño podrá cruzar esta puerta, incluso aunque esté abierta. La única forma es que tu les invites por su nombre."
Hasta hoy nunca he tenido ninguna evidencia de que esto funcionara, pero esta noche he escuchado el pomo de la puerta agitarse seguido de unos golpes en la puerta.
"¿Puedes abrirme la puerta, cariño? Esta cerrada." Me gritó mi marido desde el otro lado.
"Está abierta, Jack. Entra."
No he sido consciente de lo que he hecho hasta que he oído el quejido de la puerta al abrirse
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Leyendas Urbanas
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